martes, 17 de junio de 2014

"Nacionalsocialismo y religión" 25 puntos del nacional socialista

"Nacionalsocialismo y religión" 25 puntos del nacional socialista

"Nacionalsocialismo y religión"


Berlín, 30 de enero de 1939

Extractado de "Hitler y la Iglesia"

Uno de los cargos que en las llamadas democracias se levanta contra nosotros es que la Alemania nacionalsocialista es un Estado enemigo de la religión. Frente a esa afirmación quisiera hacer ante todo el pueblo alemán la siguiente declaración solemne:
Primero: En Alemania no se ha perseguido hasta ahora, ni se perseguirá tampoco a nadie a causa de sus convicciones religiosas.
Segundo: Desde el año 1933, el Estado nacionalsocialista ha puesto a disposición de las dos iglesias, católica y protestante, las sumas siguientes: durante el período presupuestario de 1933, ciento treinta millones de marcos; en 1934 ciento setenta millones; en 1935 doscientos cincuenta millones; en 1936 trescientos veinte millones; en 1937 cuatrocientos millones y por último en 1938, quinientos millones de marcos.
Aparte de estas cantidades, las Iglesias han recibido anualmente ochenta y cinco millones de marcos procedentes de los diversos países alemanes y siete millones de parte de los municipios. Debe indicarse además que las Iglesias, después del Estado, son los mayores propietarios territoriales en Alemania. El valor de estas propiedades excede los diez mil millones de marcos y las rentas producidas por las mismas se evalúan en más de trescientos millones anuales; a lo que hay que agregar innumerables donaciones y legados y sobre todo los resultados de las colectas efectuadas en las iglesias. Por último las Iglesias en el Estado nacionalsocialista, están libres de todo impuesto.
A decir verdad, constituye una mentira incalificable el querer pretender, como lo hacen ciertos politicastros extranjeros, el que el estado nacionalsocialista es enemigo de toda religión; pero si las iglesias consideran como verdaderamente insoportable la situación en que hoy se encuentran, el Estado nacionalsocialista no tendrá inconveniente alguno en realizar en cualquier momento la definitiva separación de la Iglesia y el Estado, tal como ya se ha verificado en Francia, en Estados Unidos y en otros países. Quisiera formular solamente la siguiente pregunta: cuáles son las cantidades que durante ese mismo espacio de tiempo han entregado FranciaInglaterra o Estados Unidos a sus respectivas Iglesias de los fondos públicos? El Estado nacionalsocialista no ha cerrado ninguna Iglesia ni ha impedido el ejercicio de culto alguno, ni jamás pretendido influencia en forma alguna ni la liturgia ni credo alguno. El Estado hará entender claramente a aquellos eclesiásticos que entienden que su misión consiste en molestar al Reich, que no tolerará, que persona alguna le ataque y que si los eclesiásticos se ponen fuera de la ley habrán de ser sometidos al imperio de la misma al igual que cualquier ciudadano que hubiese cometido el mismo delito y debe hacerse resaltar, sin embargo, que existen miles de sacerdotes de las confesiones cristianas que de modo inmejorable cumplen sus deberes religiosos que aquellos otros instigadores políticos a que me he referido, y sin que jamás hayan entrado en conflicto alguno con las leyes del Estado.
Si ciertos estadistas demócratas del extranjero se hacen cargo exageradamente de la defensa de ciertos sacerdotes alemanes, ello no puede responder más que a una razón política, ya que esos mismos estadistas enmudecieron cuando en Rusia cientos de miles de eclesiásticos fueron exterminados, callando también cuando en España decenas de millares de sacerdotes y religiosos eran asesinados o quemados vivos por los comunistas; mientras que, a raíz de estas matanzas, numerosos voluntarios nacionalsocialistas y fascistas se habían puesto a disposición del General Francisco Franco, con el fin de preservar a Europa de cualquier nueva expansión de la amenazadora ola de sangre bolchevique. Alemania ha tomado parte en el conflicto español precisamente para salvar la cultura europea y la verdadera civilización del peligro de la destrucción bolchevique y ha secundado el movimiento del General Franco solamente por el ardiente deseo de verle conseguir libertar a España del comunismo. No es, por lo tanto, la simpatía o la piedad hacia los religiosos "perseguidos" lo que puede haber provocado el interés de los ciudadanos de ciertos estados democráticos en pro de algunos sacerdotes alemanes que se han puesto fuera de la ley sino en primer y único lugar el apoyar a quienes se oponen al Estado alemán.
Una vez más, es preciso subrayar, que nosotros protegemos siempre al eclesiástico, siervo de Dios, pero tendremos que proceder contra aquellos que por su conducta se convierten en enemigos del Reich".

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