martes, 17 de junio de 2014

Krishna Bhagavad Gita Canto del Señor, Tal como es KRSNA, LA FUENTE DEL PLACER


Krishna

Según el hinduismoKrisná es uno de los numerosos avatares (‘encarnaciones’) del dios Visnú.1 En cambio según el krisnaísmo, Krisná es la forma principal de dios, de quien Visnú y los demás dioses emanan.
El mismo Krisná declara: «Siempre que la rectitud decae y aumenta la injusticia, yo me manifiesto
y para la protección de los virtuosos, la destrucción de los viciosos y el restablecimiento de la rectitud, yo encarno de era en era» (Bhagavad-guitá, capítulo IV, versos 7-8).

Nacimiento e infancia

Krisná pertenecía a la tribu de los Yadus, de la dinastía lunar. Como su tío Kamsa (‘bronce’) —primo de Devakí y tirano del reino deVrisní con sede en la ciudad de Mathurá— fue avisado por el sabio Nárada Muni de que moriría en manos de un hijo de su Devakī con su esposo Vasudeva (un noble de la corte), Kamsa los encarceló y uno por uno fue matando a todos los hijos que nacieron de ella. El séptimo hijo, Balarama, escapó de la muerte al ser transferido desde el útero de Devakī encarcelada al de Rójini (esposa no encarcelada de Vasudeva, que había quedado bajo el cuidado del pastor Nanda y no tenía contacto con Vasudeva desde hacía varios años). Como octavo hijo se encarnó Visnú, en la forma de Krisná. Actualmente ahora existe un templo (Krisná Yanma Bhumi) donde los hinduistascreen que estaba la celda del rey Kamsa. Para sustraerlo de la muerte, su padre lo sacó milagrosamente de la celda y lo llevó hasta Vrindavan (a 10 km), donde lo reemplazó subrepticiamente durante el sueño por una bebé que acababa de alumbrar una mujer del pueblo, Iashodá. Regresó a la celda, donde la hija de Iashodā —que en realidad era la energía material de Krisná, conocida como Durgá— se dio a conocer ante Kamsa y le advirtió que el hijo que habría de matarle ya había nacido y que él nada podría hacer contra eso ya que los planes de Visnú jamás son frustrados. En la casa donde quedó Krisná, ya había un bebé, que sería su hermano mayor,Balarama. En historias de la adultez de Krisná aparece también una hermana menor, Subhadrá, pero no es nombrada en las historias de la juventud de Krisná.

Krisná es llamado Góvinda (‘el que da placer a las vacas’, pastor de vacas). Es contrastado con su hermano Balarama, quien es agricultor y es llamado Jala Iudha (‘que pelea con la azada’).

En una ocasión, Krisná bebé se estaba portando tan mal que su madre lo ató a un mortero de madera por el vientre. El bebé se arrastró gateando y arrancó de cuajo dos árboles. Sin embargo, se dejó atar por amor a su madre adoptiva. Por este pasatiempo es conocido como Dámodar (atado con cuerdas por la barriga), el significado de ello es que el Divino sólo se deja atrapar por el amor del devoto.

Una de las historias más populares de India es la del bebé-dios Krisná khir-chor (‘el ladrón de mantequilla’), que le roba (chora) a su madre la mantequilla (khīra) recién hecha. En India todo el mundo conoce los cuentos acerca de su infancia en los bosques deVrindavan. Uno de los más famosos narra como su madre adoptiva, al hacerle abrir la boca a Krisná para ver si se estaba comiendo la mantequilla, vio el universo entero contenido dentro de ella.

Krisná pasó su niñez y adolescencia en la región de Vrindávan (a 10 km de Mathurá), en medio de pastores y pastoras, una de las cuales, Radha, tuvo amores con él. Krisná es conocido como Gópinath: el amado seductor de las gopīs (particularmente de Radha). Según el Guitá govinda y otros numerosos trabajos, Krisná como adolescente tiene amoríos trascendentales con las gopis (‘pastoras’), que son las adolescentes casadas del pueblo de Vrindavan. Los devotos de Krisná creen que estos pasatiempos lilas (‘diversiones’) divinos son el tema más profundo de su teología. En este sentido Krisná sería el diferente del anterior avatar de Visnú: el Señor Rama, quien estaba casado y fue el ejemplo de la fidelidad a las reglas religiosas y sociales. Rama era la encarnación divina de la verdad y la rectitud, mientras que Krisná es la encarnación divina del gozo y del amor.

Krisná es un adolescente púber eternamente de unos 13 años, por ello foco de devoción (es llamado «el amante», «el completamente atractivo», «el flautista»). Frecuentemente se le representa tocando alguna de sus flautas traveseras, atrayendo y fascinando a las gopis(pastoras) púberes de Vrindávan. La flauta representa la llamada del Divino a las almas, que son personificadas por las gopis o pastoras. La unión de Krisná y Radha, muy celebrada en templos y fiestas de toda India, representa la unión del Divino con el alma - una imagen, la unión del amado con la amada, que encontramos en los textos de los místicos de diversas tradiciones espirituales.

El rey Kamsa, desde pocos meses después de nacer Krisná, empezó a enviar monstruos a matar al bebé —una historia muy conocida es la del asesinato (en manos de Krisná, de pocos días de vida) de Putana, quien era una giganta enviada por su tío el rey Kamsa para darle de mamar con su pecho envenenado—, y lo continuó haciendo hasta que Krisná, al cumplir 16 años de edad, fue a Mathurá con el pretexto de una contienda circense, donde mató a todos los gladiadores que su tiránico tío había puesto contra él y luego mató a éste a golpes.

Radha y Krishna





La relación entre Radha y Krishna es la encarnación del amor, la pasión y la devoción. Pasión Radha Krishna como símbolo de intenso anhelo del alma y la voluntad para la unificación definitiva con Dios. Shri Krishna es el alma de Radha y Radha es sin duda el alma de Shri Krishna. Ella es la forma indivisa de Shri Krishna. Ella seguirá siendo un misterio a menos que uno puede conocer sus elementos divinos inefables. Ella es adoradora así como su deidad a la que adorar. Ella es la amada de Shri Krishna conocido como "Radhika"

Krishna y Arjuna







En el sexto libro de el Mahabharata llegamos al núcleo mismo de esta gran épica, el episodio conocido como el Bhagavad Gita, el Canto del Señor. Toma la forma de un discurso espiritual en el cual Krishna inspira e ilumina a Arjuna con su sabiduría divina. Cuando la Batalla de Kurukshetra comenzó, Arjuna le dijo a Krishna: “Por favor, coloca mi cuadriga entre las dos formaciones de batalla de modo que pueda ver a los que están sedientos de guerra.” Pero al escrutar el escenario de la batalla, vio entre los mortales oponentes a aquellas mismas almas que él siempre había estimado.

Abrumado por la pena, Arjuna, por primera vez en su vida de incomparable heroísmo, mostró una inimaginable expresión de pusilanimidad. “Mi cuerpo tiembla, mi boca está reseca, mis miembros flaquean, mis cabellos se erizan. El arco se me escurre de la mano y mi mente se tambalea. Me cuesta incluso permanecer en pie. Krishna, yo no busco la victoria sobre mis presentes enemigos. No busco reino ni comodidad . Déjalos atacar. No lanzaré mi arma contra ellos, ¡ni siquiera por la suprema soberanía de los tres mundos, y mucho menos de la tierra!”

Con un arma moral tras otra, Arjuna atacó a Sri Krishna. Estaba firmemente decidido a abandonar sus armas de guerra para siempre. Comenzó pronosticando la masacre de sus congéneres, la completa calamidad de la destrucción de la familia. Enfatizó en que habiendo perdido la virtud, la familia quedaría atrapada en la garra del vicio y la anarquía.

Previendo todo esto, le dijo a Krishna: “Deja que los hijos de Dhritarashtra, provistos de armas, acaben con mi vida mientras estoy desarmado y sin resistencia. Con toda sinceridad, prefiero mi muerte que nuestra victoria.”

Dejando caer su arco y sus flechas, se hundió en su cuadriga y gritó: “Luchar no es para Arjuna. Krishna, no lucharé.”

Krishna le dijo a Arjuna: “¡No te rindas a la flaqueza! Tu corazón ha sido siempre un perfecto extraño del temor. Esta es una batalla divina, por tanto no temas dar muerte a otros, ni ser matado. La realidad que abarca el universo es la Vida inmortal. El cuerpo es perecedero. El alma, lo real en el hombre, o el hombre real, es imperecedera, inmortal. El alma no mata ni es matada. Más allá del nacimiento y la muerte, constante y eterna, está el alma. El conocedor de esta verdad ni extermina ni es exterminado.

Aquí en el campo de batalla Krishna estaba ofreciendo su altísima sabiduría a Arjuna, desvelando los secretos de la vida y la muerte.

“Igual que una persona se quita sus ropas usadas y se pone unas nuevas, también el alma encarnada abandona el cuerpo gastado y entra en una forma nueva para la manifestación. Las armas no pueden atravesar el alma. El fuego no puede quemar el alma. El agua no puede mojar el alma. El viento no puede secar el alma. Sabiendo esto, Arjuna, sé en un mero instrumento.”

Krishna se revelaba ahora en su rol de maestro o Guru de Arjuna, y Arjuna como su devoto discípulo. Iniciándolo en el Yoga del conocimiento, Krishna continuó: “Tómalos como una sola cosa, la victoria y la derrota, la alegría y la tristeza, la ganancia y la pérdida. No te preocupes por ellas. ¡Pelea! ¡Pelea pues no incurrirás en pecado alguno!”

Entonces Arjuna preguntó más sobre el Yoga de la acción, y Krishna le dijo: “La acción es tu derecho de nacimiento, no el resultado, no los frutos de la misma. No dejes que los frutos de la acción sean tu objetivo, y no te apegues a la inacción. Sé activo y dinámico, no busques recompensa alguna.”


Krishna estaba enseñando a Arjuna un doble camino, un Yoga de conocimiento y de acción. “Yoga es ecuanimidad. Yoga es diestra sabiduría en acción.”
Arjuna había conocido a Krishna como su querido primo, como su amigo cercano, y ahora como su maestro espiritual. Aquí iba a llegar a conocer a Krishna como un Avatar o Encarnación, el descendiente directo de Dios en forma humana.”
Krishna le dijo: “Siempre que la rectitud declina y la perversidad prevalece, Me encarno y Me manifiesto. Para la protección del bien y la destrucción de lo perverso, para establecer el Dharma, el código interno de la vida, aparezco de época en época.”
Krishna quería que Arjuna fuese liberado de las trabas de la ignorancia y actuase sin apego. Le dijo: “Establece tu unidad con Mi mente. Consagra tu vida a Mí. Sacrifica tu aliento por Mí. Póstrate ante Mí. Abandona todo deber. Sólo en Mí refúgiate. De todos los pecados te liberaré. No te aflijas.”
Arjuna se inclino respetuosamente y dijo: “Krishna, Tú eres mi Señor. Tú eres mi Todo.”

Mantra Hare Krishna


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