Miguel Serrano El Cordón Dorado
http://hombresleales.blogspot.com.ar/search/label/LIBROS%3A%20MIGUEL%20SERRANO
Fragmentos Gnósticos tomados de la trilogía esotérica de Miguel
Serrano
El Cordón Dorado
1. Una batalla que termina mal es una aventura espiritual que ha
tenido éxito.
2. Se trata de la última Gran Guerra, que fue tan grande como la del
Mahabharata, y más aún, porque señala el final de los tiempos, de todo
un Manvantara, cósmico y terrestre. Quien pretenda considerar esa
tragedia como una Guerra Mundial más, no ha entendido nada de lo
acontecido.
3. En la iniciación había recibido la fuerza de Vril, la energía
victoriosa de Hvareno, o Farr. Contra él se desencadenarían todas las
fuerzas de las sombras y de la muerte, de la inercia, de los
elementarwesen, de los seres elementales. Por eso teníamos que
ayudarle. La Guerra iba a ser de dioses y demonios. Una Guerra
Cósmica, reflejada y dramatizada al máximo en la Tierra.
4. Le queda una última posibilidad: hacer reconocible al Enemigo,
descubrirlo de una vez para siempre, polarizando maniqueamente el
Combate Cósmico entre dioses y demonios, entre luz y sombra, entre
fuego y hielo, "horbigerianamente", en ríos, mares de sangre, sabiendo
que se perderá aquí y ahora, para ganar allá y después,
simultáneamente, en un mundo paralelo.
5. Poseyendo la verdadera Potencia de Odín, hará conocer a sus
enemigos el fuego del cielo, que estará a su servicio y azotará la
tierra con más violencia que mil relámpagos (¿La bomba atómica, el
rayo de los platillos? ). Será Señor Supremo del mundo e instaurará en
todas partes las leyes de su Orden por Mil años.
6. Los miembros del Gobierno Invisible que controla a las más
poderosas naciones de la tierra exterior son impotentes ante los
poderes del mundo interior. Los síntomas revelan que estarían tratando
de ajustarse a sus señales, porque el terror les obliga. Si así no
fuera, ya habrían hecho estallar la guerra atómica, que forma parte de
sus planes de destrucción y dominio planetario.
7. Por debajo de las aguas, quizás por donde termina la corteza del
planeta, se desliza el Cordón Dorado, la Áurea Catena, que conecta a
los seres de una misma Raza del Espíritu, de un mismo Astro, a través
de todos los continentes de la tierra externa e interna y los hace
camaradas en una Guerra comenzada con la Creación. Aquí no puede haber
defecciones ni capitulaciones. No se cambia de lado en el Conflicto.
Sólo existe un breve descanso en la muerte, Porque los guerreros son
eternos, inmortales.
8. Los cátaros eran vegetarianos, quemaban a los muertos, eran
videntes y practicaban la magia. Serían también dualistas, como los
maniqueos y los gnósticos. Lucifer no era el demonio para ellos, sino
el portador de la luz, Lucibel. El demonio era Jehová, el demiurgo
creador de la actual tierra.
9. Las tres categorías en que el tantrismo kaula divide a la
humanidad: pasu, virya y divya; o sea, animal-hombre, héroe y siddha
divino. La última categoría corresponde a la familia iniciada kula, de
los kaulas tantricos (hiperbóreos) y le está reservado el rito
iniciático secreto de Panchatattva. El siddha, u hombre-dios, es el
liberado.
En la vorágine de los acontecimientos políticos, precipitados por el
Destino y por las voluntades directoras de las corrientes iniciáticas
contrarias, todo se ha interpolado en su manifestación visible,
divulgándose una historia adulterada.
10. En el licor de la sangre espiritual, los arios reencontraban el
origen divino, su memoria. El soma daba la fuerza aria (Hvareno),
abría el Vril, el Tercer Ojo, permitiendo ver a los antepasados
divinos, extra terrestres, de la Tierra Anterior y el Paraíso perdido.
11. Los trovadores germanos practicaban un culto ceremonial, llamado
Minne-drinken, en el que bebían en memoria del Amor, del recuerdo del
Amor Eterno, de la Vida Eterna. Seguramente se bebía el soma, la
sangre mágica de la raza, donde circula el recuerdo de Hiperbórea, de
las sacerdotisas de cabellos dorados, de la eternidad de los hielos,
de la Estrella de la Mañana.
12. “Después que Jehová aprisionó a Adán y Eva en un mundo de
miserias, Lucifer les aportó la ciencia del bien y del mal, la gnosis
salvadora y divinizante", dicen los gnósticos ophitas (ophis quiere
decir serpiente). Lucifer es el portador de la luz de la gnosis. El
premio del esfuerzo luciferino de la "emanación", del hombre
semidivino, es su inmortalidad que, de algún modo misterioso,
beneficia a la Mónada, haciéndola más sabia. La inmortalización de la
"emanación" es, además, con el cuerpo, como lo afirmaban los Siddhas
tántricos. El inmortal es sacado de esta tierra con el cuerpo, en un
Carro de Fuego, como Enoc.
La inmortalidad no es de todos. Deberá ser ganada en batalla
despiadada, en cada uno de los días de aquí abajo. Y es conquista de
unos pocos vencedores.
13. La iniciación consiste, en parte, en una técnica de reactivación
de la memoria cromosomática, dirigiéndola hasta poder completar la
Melodía inmortalizante, dentro de los márgenes del libre albedrío que
aporta al guerrero-iniciado la revelación hiperbórea.
14. En toda esta región sudeuropea se extendió una vez una
civilización nórdico-germánica, de tradición hiperbórea, con el
"recuerdo del amor perdido", con su nostalgia y su Minne, la que Roma
cristiana odia desde lo más profundo de su alma semítica.
15. Cuando nosotros hablamos, por ejemplo, de la sangre, no nos
referimos exclusivamente a la sangre biológica, que circula por las
venas del cuerpo físico. Pensamos en la sangre de Paracelso, en la Luz
Astral y también en la Memoria Akhasica, o etérica, de los indoarios.
Esta es la verdadera "memoria cromosómica" y no la bioquímica del
presente. La sangre, en un sentido espiritual y hermético, es el licor
sagrado del soma, algo diferente a lo que nos enseña la biología y la
hematología de la ciencia del Kaliyuga; es el sol líquido, por donde
circula la memoria de los antepasados extra terrestres; es el Gran
Recuerdo.
16. Una iniciación solar, viril, por oposición a la Iniciación Lunar,
femenina, de la Madre, dada a conocer por Diótima. Esta última
iniciación es la del santo; no es la del mago; sostiene la
inmortalidad del Arquetipo en la Anacefaleosis y Apocatástasis
paulistas, es decir, la salvación de todos —o casi todos— en Cristo,
al final de los tiempos, en un "Punto Omega", para usar el término del
evolucionismo (¿darwinista?) de Teilhard de Chardin. Propicia la
prolongación de la especie, la reproducción maternal, necesarias para
la vida del Arquetipo-Incubo y vampírico, eternizando esa Entidad por
la pasividad y la fe de los esclavos que le sirven de alimento. De un
modo dudoso, por otra parte, pues no hay seguridad de que la Entidad,
o Daimon, se eternice así. En la Iniciación solar, viril, hiperbórea,
luciferina, que es la del Mago, la del Siddha, el hombre se hace
semidivino y divino, en lucha aún con la Entidad, la Mónada. En la
Iniciación Lunar, un fantasma se eterniza ilusoriamente a nuestras
expensas; en la Iniciación Solar, puede que hasta se logre eternizar
el fantasma, eternizándonos.
17. La involución es como una pesadilla. Seres aquí dejados en edades
muy remotas, introducidos voluntariamente, o por casualidad, desde
otros mundos y tiempos paralelos, han descendido hasta el animal,
quizás hasta el vegetal, el mineral y aún más abajo en la vibración de
la energía. Los colores diferentes de las razas tienen que ver con una
alquimia cósmica y se comprenderán mejor haciendo referencia al color
del aura, que los Siddhas y los Divyas perciben. En el actual proceso
de las mezclas, de hibridismo total de las razas, favorecido por las
oscuras potencias que se mueven en el nadir del Kaliyuga, se hace cada
vez más difícil poder alcanzar el número necesario de mutaciones que
harían posible superar el drama de la involución, acercándonos cada
vez más, por el contrario, al eterno retorno de la Atlántida, cuya
catástrofe espantosa fuera producida, según Platón, precisamente por
la mezcla de las razas, de los semidivinos con el animal nombre,
quizás con los animales y hasta con los robots. Es decir, por el
Pecado Racial, que afecta y destruye todos los colores alquímicos por
igual, produciendo los intocables, los monstruos, como en India, donde
la mezcia de las castas no favorece a ninguna, al destruir sus
particulares iniciaciones, por confusión de la memoria akhásika, de la
"iniciación cromosomática", perdiéndose la Minne. la nostalgia del
Amor Eterno.
18. En Hiperbórea, la Reina Blanca es otra cosa, es la Sacerdotisa-
Maga, Hallouine, quien entrega al héroe, al Virya, el Gral, por medio
del Amor Mágico y lo transforma en Divya, en Siddha inmortal.
19. Creemos necesario decirlo: Julius Evola, el más importante
pensador italiano de estos tiempos, el más profundo, tampoco alcanzó a
liberarse de los límites que le impusiera su nacimiento romano y su
admiración por Rene Guenón —al que era muy superior—.
20. No todos esos batallones llegan ni cumplen su objetivo. Muchos
caen en el camino, son derrotados, se equivocan de fortaleza,
extravían la ruta. Son los semi-hombres, los animales, los simios, los
perros, las arañas, los pájaros, las plantas y hasta los metales. En
cada uno de los derrotados, al fondo, hay una energía, una substancia
divina del Urmensch, que es la misma que ha llevado al hombre y que
llevará al Superhombre al triunfo.
21. En el Hombre-Total, el animal estaba dentro. Todo eso ahora se
pierde fuera, se dispersa. Al comer la carne del animal, el hombre
trata de apropiarse de la energía de los caídos, de los derrotados,
para seguir el combate y, todos juntos, alcanzar un día la conquista
de la fortaleza inmensamente lejana, en ese Círculo cuya
circunferencia está en todas partes y su centro en ninguna. Come
también la planta y hasta el mineral, el oro y la plata, símbolos del
sol y la luna, que igualmente estaban dentro del Hombre-Total. El
guerrero primitivo devora la carne de su enemigo vencido, para
apropiarse la energía primordial del Urmensch: Hvareno, o Victoria.
22. El pecado (para usar esta expresión) consiste en ir abajo,
mezclarse con los inferiores, con los elementanvesen, con los semi-
hombres, con los semi-animales. Platón nos cuenta que el hundimiento
de la Atlántida se debió a la mezcla con las razas inferiores, al
"pecado racial". Los ángeles también se enamoraron de "las hijas de
los hombres", según el Libro de Enoc. La Biblia nos habla de los
Sheidim, mitad hombre, mitad animal. Esaú sería uno de ellos, según
Robert Charroux. La mitología griega se refiere a las sirenas, a los
centauros y a los faunos, que seguramente existieron, como intentos y
fracasos en el Combate Cósmico por la expresión del Urmensch. Alguien
se ha cansado, o bien, ha sentido la atracción del abismo, o se
encontró con la fuerza contraria del Gran Opositor que intenta impedir
la expresión suprema del Urmensch. La Fuerza del Mal, del Caos y de
las Sombras.
23. Para descubrir que el catarismo coincide con la línea gnóstica, se
debe recordar la declaración del gnóstico Marción: "Cristo no tiene
que ver nada con Jehová. El Antiguo Testamento es inmoral. Cristo es
hijo de un Dios de Amor desconocido. Todos los profetas, hasta el
mismo Juan el Bautista, son acólitos del dios falso, de Jehová".
24. Judíos y cristianos han hecho desaparecer, con la complicidad de
los musulmanes, todos los rastros del pasado más remoto y de la
Atlántida que se encontraban en los documentos egipcios y se han
apropiado, vulgarizando y simplificando los símbolos, las leyendas y
la verdadera tradición.
25. En un momento tan crucial de la historia, volvemos a revivir estas
cosas, a sabiendas de que van contra la corriente que empuja al último
abismo del Kaliyuga. Una Era se terminó y se inicia otra en el ya
cerrado universo del hombre.
26. El camino de la Mano Izquierda, vamacara, corresponde a la
destrucción del nombre y la forma, y está precedido por Siva el
Destructor. Hoy el mundo se hallaría en esta etapa: decadencia de una
civilización, final de una Era astrológica, quizás de un Manvantara.
Siva es también el Maestro de la Yoga Tántrica de la Mano Izquierda;
los Siddhas son sus adeptos. Sin su trabajo, nada podría cumplirse, la
tierra no podría salir de su involución.
27. El regreso al Hogar Perdido, a la Patria Nupcial, a la Estrella de
la Mañana, son símbolos de un proceso interior, alquímico, de
transformación del ser involucionado, del animal-hombre en semidivino
y, luego, en divino. Un proceso de iniciación por grados en las
transfiguraciones del hombre terrestre en hombre celeste, inmortal.
28. Porque la tierra no podrá salir del abismo del Kaliyuga sin la
ayuda del hombre divinizado. El retorno se cumple en una Tierra
paralela, análoga, compuesta por antimateria.
29. La Tierra, como el hombre, no es inmortal, mientras no se haya
conectado conscientemente con el Espíritu, transfigurándose, pasando a
voluntad a su "doble", eternizándolo. Este es el trabajo alquímico que
los Guías Hiperbóreos intentan. La transmutación deberá cumplirse en
ambos mundos, tal como en nosotros. Los Grandes Siddhas se
inmortalizan con todos sus cuerpos, y así deberá hacerlo también la
tierra. Los Siddhas son los magos de Hiperbórea, los semidivinos que
se han divinizado.
30. La gran iniciación hiperbórea, reencontrada, la acción de los
Guías ocultos, que no se muestran sino a los Maestros más altos de la
Orden, dirigiéndoles. Isis, la Virgen Negra, hace nuevamente su
aparición silenciosa y triunfal.
31. Toda la civilización naufraga en el maquinismo torpe y crudo, que
infesta la tierra, en la esclavitud del hierro, del electrón, de la
electrónica, del protón, de la cibernética, en el reinado de las
masas, de la explosión demográfica, de "lo humano, demasiado humano",
del animal-hombre, de lo amorfo, del burocratismo y del colectivismo
demoníacos. No hay ya modo de salirse de esto por medios humanos o
puramente terrestres.
32. De haberse impuesto el nuevo estilo, la usura de la sociedad de
consumo no habría logrado su apogeo alucinante. El capitalismo y el
comunismo marxista, dos antinomias aparentes, que se apuntalan entre
sí, complementándose en la destrucción de lo divino y lo humano,
porque se asientan en las mismas bases racionalistas, habrían llegado
a desaparecer sin ruido ni escándalo, sin presentar resistencia. O
jamás se habrían producido.
33. Mas, para poder continuar con el Opus, hay que poseer el "acero de
los sabios", la Espada de la iniciación, la Lanza del Longino, el
Azufre Incombustible. Es decir, un principio inalterable, que no se
enciende, que se conserva a través del cambio de estado y que, llegado
el momento, es la semilla de un nuevo desarrollo. El semen preservado,
no eyaculado. Esto corresponde a la tercera parte del opus alchimicum,
a la ópera roja, o Rubedo, donde se sobrepasa la condición de apertura
extática.
34. En la muy hermética y antigua iniciación tántrica existen dos
caminos. Ambos caen bajo el signo de Síva-Lucifer, de Abraxas. Uno
corresponde al ser que aspira a sobrepasar la condicionalidad humana,
rigiéndose por el principio luminoso sativa. Es el indicado al tipo
espiritual-divino, Divya; será el Siddha-Divya. Aquí se aconseja la
yoga tántrica puramente simbólica, excluyendo la posesión física,
real, de la mujer, en el coito mágico llamado Maithuna. La posesión es
mental, de la Amada Muerta. Unión en el cuerpo sutil, astral, en el
espíritu únicamente.
El otro camino tántrico, llamado de la Mano Izquierda, es el del ser
que aspira a la expansión pasional por medio del ardor del fuego, para
poder sobrepasar también su condicionalidad. Se lo indica para el tipo
heroico, Virya; el héroe será un Siddha-Virya. En este "camino húmedo"
se aconseja un contacto físico, real, con la mujer, en el acto sexual
Maithuna, haciendo un empleo mágico del sexo y de Bundy, el semen, que
no debe eyacularse en el acto.
35. Ambos caminos van siguiendo la línea sivaista, la de los Siddhas,
que se inmortalizan con sus cuerpos.
36. Puede que sea el Cuerpo Astral que se materializa, se hace
visible, aunque no tocable (noli me tangere), con materia inmortal, de
Luz Roja, de Vajra, pudiendo residir y pasar a varios "mundos
paralelos", a varias tierras a la vez.
37. El Húmedo, es el tántrico-alquímico de la Mano Izquierda, diremos,
y puede tomar toda una vida. La transmutación de los metales internos
y externos es lenta. La Sóror Mística pasa los ingredientes, se los
entrega al adepto en su cuerpo y desde su cuerpo, en transferencia,
vibración, individualización conjunta y progresiva, real y simbólica,
mágica en todo caso, en un Amor sin amor, con un fuego helado, en el
Laboratorio Secreto, en la Alcoba Mágica, hasta que ambos son mutados,
interpenetrados, desposados, eternos.
38. Estos caminos son muy diferentes al camino ritualista de la
religión devocional, o de la práctica de la Yoga Bhakti, de la
filosofía Vedanta, y su fusión y pérdida en el samadhi, o éxtasis
místico. Esta palabra sánscrita se descompone en sam que significa con
y adhi, Ser Primordial: Fundido en el Ser Primordial.
El éxtasis tantrico, sivaísta, es una tensión suprema que rompe las
condicionalidades del animal-hombre y se incluye dentro de una
personalidad o Individualidad Absoluta. Es un vórtice de energía, casi
nietzscheano, llamado en sánscrito Kayvalia, no significando fusión ni
pérdida, sino diferenciación suprema.
39. Aquel que ha llegado al estado humano y no trata de sobrepasarlo,
es como quien se suicida. Es necesario ir primero al fondo de la
propia naturaleza y jamás volver atrás, porque sería cavar su propia
tumba.
40. Su única ética: sobrepasar los límites y cortar los lazos,
destruir todo par de opuestos que caracterice el pasu, al hombre-
animal corriente, inferior, burgués, por así decirlo. Vencer la
piedad, la idea judeo-cristiana del pecado. Vencer el miedo, aplicando
el "Doble Mudra", Vara-Mudra "que destruye el miedo y concede favor".
Destruir los lazos de la familia: "Un Virya no es esposo, padre, etc."
41. “Un asesino y un anarquista, dirigidos por la senda justa,
iluminados por la recta doctrina, tienen más probabilidades de superar
la condición humana del pasu que un tibio", dice la tantra Kaula. Más
que un burgués acomodadizo. Sin embargo, se ven claramente los
peligros de este camino tremendo de superación y mutación
nietzscheanas del hombre. Es un avanzar por el filo de la navaja.
42. Es la Resurrección de los Cuerpos, de la Carne, la que no es para
todos sino para los Viryas, los héroes. Los Siddha-Divya, los Magos
divinos del Cordón Dorado, los hiperbóreos, han eternizado ya su
cuerpo aquí; ellos no mueren.
43. El animal hombre, el pasu, muere para siempre. Sus vehículos
sutiles no van al Walhalla de las Walkirias, sino al Niflheim, el
Hades nórdico, lugar oscuro, como el Schéol de los hebreos, tal vez
los "hoyos negros" del firmamento, que todo se lo tragan.
44. Sigfrido es un héroe-iniciado, un virya que aspira a mutarse en
divya, en hombre-dios, en superhombre, en sonnenmann. Ha conquistado
un Tesoro guardado por los Guías del Mundo Interior, protegido por los
enanos, envuelto en las "nieblas" del Gral y de los Nibelungos.
45. Sigfrido se baña en la sangre del dragón muerto y así se
transforma su carne en inmortal, haciéndose invulnerable, cambiando de
color y consistencia. Pasa a ser de Vajra, materia imperecedera,
incorruptible y roja, en el proceso tántrico-alquímico de la Rubedo
que adviene tras la Albedo y la Nigredo.
46. En la Tantra es la unión sexual de Siva y Shakti que da origen al
universo, en el Maithuna, coito mágico, en el “Amor sin amor", Siva
debe mantenerse impasible y sólo Shakti tendrá que agitarse, actuar.
Toda la creación nace de aquí, en sus aspectos estéticos, dinámicos,
estables, inmateriales, materiales, conscientes e inconscientes. Las
formas de la Creación son las diferentes posturas del juego sexual de
Siva y su Shakti, como pueden verse en los muros de los templos de
Kajuraho. La Esposa, Ella, es activa; Siva, El, mantiénese lejano,
concentrado en sí mismo, adentro y afuera, gozando y aparte del goce,
para siempre ya, abrazado por su Shakti y abrazándola, intocado dentro
del frenesí de la Amada, del fuego y la pasión. Así debe ser en
principio también para el hombre semi-divino, donde existe la semilla-
Siva, que ha sido oscurecido, "identificado" parcialmente por la
pasión de la Shakti externalizada, de carne y hueso, perdido e
incorporado en el amor físico, seducido, arrastrado, envuelto en el no-
yo de la Creación. La Yoga-Tantra viene también en su ayuda. Ha sido
preparada parcialmente unos seiscientos años después del comienzo de
nuestra Era para su uso en el Kaliyuga, o Edad Oscura, cuando el
cuerpo se hizo duro, espeso, y cuenta como el único instrumento de
salvación, de liberación, que posibilita el retorno al estado
sivaísta, hiperbóreo.
47. En una familia polar, el elemento sibílico, pítico se incorpora en
la Yogini iniciadora del Sadhaka, en el amor mágico de la iniciación
de la Tantra Kaula, la más secreta y que habrá de transmutar al
Sadhaka en Siddha.
48. El Tantrismo es una doctrina que viene incluida en la revelación
de los orígenes y únicamente se codifica en un sistema apto para la
realidad del Kaliyuga, cuando el acontecer lo hace necesario.
49. Es necesario recordar lo que Gurdjieff decía del hipnotismo
occidental: "Es sólo un balbuceo primario de una ciencia enormemente
desarrollada en Mongolia, en el Tibet" y en la región rusa donde él,
Stalin y Rasputín se habían criado. Y aún ese Hipnotismo era
únicamente un retazo de algo más antiguo y desconocido.
50. Es el "Ultimo Batallón", que entrará en combate, en una vibración
más alta de la energía, cuando se vea como inevitable la imposición
universal de la sombra, de la esclavitud, de la desintegración del
planeta. Para los cátaros, el demiurgo de la tierra involucionada se
llamó Jehová. El sería, entonces, el "Príncipe de la Esclavitud", que
aspira a eternizarse a través de sus acólitos, en un mundo de
esclavos.
51. Cuando la Ciudad era visible y los divinos y semidivinos convivían
con los mortales, el Vril, órgano que permitía comunicarse con el
mundo suprasensible, ese poder fulgurante, estaba también activo en el
cuerpo de los habitantes de esa tierra. Con él se podía ver la Ciudad
y entrar en ella. El Vril desaparece junto con Agarthi. También se
sumerge en la raíz del Eje Polar del Árbol de la Vida, de la Columna
Vertebral. Pero volverá a la superficie, junto con la Ciudad y con el
retomo de la Edad Dorada, tras la desaparición de la Tierra Oscura.
52. En la tierra de Apulia, en Andria, donde es difícil llegar, he ido
a ver el Castillo cósmico de Federico II de Hohenstaufen, Castel del
Monte. Este Mago-Emperador (1194 - 1250) fue la última esperanza de
los cátaros sitiados en Montsegur. No pudo ir en su ayuda, porque él
mismo alcanzaba ya su fin y el de sus grandiosos sueños, tan parecidos
a los de Julián el Apóstata, de instaurar en la tierra visible el
Imperator Mundi, la ciencia hiperbórea y solar, el Soberano conectado
a los poderes divinos, invisibles, por oposición a los sacerdotes
lunares de la "religión cardíaca" de Roma.
53. El destino de estas gigantescas empresas pareciera ser la pérdida
de la batalla material para poder tener éxito en la tarea espiritual
de mantener viva la ardiente semilla que hará posible un nuevo
resurgimiento.
54. Al igual que las ruinas de Montségur, Castel del Monte es
monumento maldito hoy; ambos son luciferinos. En verdad, son unas
"puertas" de salida, de escape, de paso a los otros mundos, a la
tierra interior, creadas completamente por la magia de una ciencia
superior y antigua, la del Cordón Dorado, venida desde la Atlántida e
Hiperbórea; tal vez, desde otros astros.
55. La Masonería, nacida en Escocia en 1717; utiliza algunos símbolos
templarios y rosacruces, adulterándolos v mezclándolos de preferencia
con el ritual y simbología judíos, que han pasado a predominar. La
Masonería ha sido controlada por las fuerzas secretas que empujan en
dirección del oscuro fin del mundo, de la crisis final del Kaliyuga.
56. Los Iluminados de Baviera están metidos en el centro de los
acontecimientos. De ahí vendrá el término de "Iluminismo" y de "Siglo
de las Luces". Las tácticas y la organización de esta Logia fueron
seguidas exactamente por Marx y Lenin. Los Iluminados hablaban de dos
generaciones, por lo menos, de una "dictadura feroz", antes de poder
imponer el gobierno sin gobierno de la "igualdad", "fraternidad" y
"libertad"; el "reino de la razón".
También Napoleón es iniciado en la Fraternidad de los Iluminados de
Baviera, además de otras Logias. Así se explica su ascensión
meteórica.
57. Todo movimiento que aspire a restaurar un tipo de iniciación
hiperbórea y un poder terrestre conectado con las Fuerzas del Cordón
Dorado, deberá hallarse dramáticamente en conflicto con las corrientes
y organizaciones que hoy manejan la tierra.
58. La bolchevización mundial, el último peldaño de la involución del
Kaliyuga: el imperio mundial de los esclavos, el Reino de los hombres-
hormigas. En un sistema como el bolchevique, donde todo se centraliza
bajo la dirección del Estado, quien controla el Estado, lo controla
todo. Las democracias ya no sirven como sistema de control planetario,
en un mundo donde la explosión demográfica y la revolución tecnológica
materialista son las coordenadas fundamentales.
59. El contacto con los dirigentes secretos, que lo deciden todo y que
no se dejan ver en la superficie del poder político de ese tenebroso
mundo, es con el Superior Invisible, llamado "Príncipe de la
Esclavitud".
60. Para que esa energía espiritual pueda irrumpir en el mundo donde
reina la entropía, venciendo la decadencia y la muerte, requiérese de
mentes y personalidades semidivinas que la reciban y la proyecten aquí
con desprendimiento. Es un trabajo de dioses, o semidioses, que no
podremos saber si se ha llevado a cabo alguna vez. Los Guías no actúan
directamente, teniendo que depender para su acción de los de "aquí",
quienes, a menudo, son arrastrados por sus pasiones, o por meras
"creaciones mentales", fantasmas de la mente y del yo. Y fallan. Por
otra parte, las fuerzas contrarias poseen el dominio casi total de las
palancas de la Historia.
El Dios de los Perdedores ha tenido siempre la extraordinaria
posibilidad de transformarse en Dios de los Vencedores. En este Eon
aún no lo ha conseguido. Sin embargo, un día lo logrará.
61. El Cuarto Estado, tras los fracasos de restauración de la Edad
Dorada, será el del dominio de lo colectivo, de los esclavos de la
máquina, del hierro, de los hombres de hierro, de los autómatas, de la
burocracia planetaria, de los "robots", de la destrucción del alma
viva de la tierra. Todo Rey o Mesías mundial que se produzca en esta
época, por medio de la contra-iniciación, no será más que un Golem,
una falsificación, desconectado de los verdaderos Guías de Hiperbórea
y de la realeza divina.
62. Sólo por el Espíritu y el Poder de la Magia, vencedores de la
entropía, podrá superarse el Kaliyuga, remontando la involución. Sólo
por el hombre inmortalizado.
63. Se acaba el Tercer Estado, el de la burguesía, se entra de lleno
en la catástrofe, en la pendiente final del Kaliyuga. Las potencias
que dirigen el drama son las de la inercia, del caos y la nada. Es
decir, Satán. Se deberá recordar que para los gnósticos y los cátaros
Jehová era Satán, el Demiurgo del Kaliyuga, creador de la Tierra
Inferior. El contacto con las Jerarquías Divinas hiperbóreas se hace
cada vez más tenue. Tal vez se trata ya de salvar únicamente a los
elegidos, merecedores de pasar a la Nueva Tierra.
64. En toda la historia de la Creación no hay más que una Guerra, una
Gran Guerra, que aún no termina.
65. El lector intuitivo podrá captar lo que se oculta. Sabido es,
también, que todo libro o documento verdadero ha sido hecho
desaparecer a su debido tiempo en la historia conocida de los hombres.
Es la gran conspiración.
El Último Avatara
66. Es el Misterio del Tulku, del budismo tántrico tibetano y del
Boddhisatva, que no encarna en uno, sino en varios. De un Dios, o Ser
Liberado, que vuelve a la tierra voluntariamente para ayudar al hombre
a transmutarse en ser divino. Pero no a todos los hombres, solamente a
los héroes, a los viras, a los semi-divinos involucionados. Nunca al
animal-hombre. Contra este divino esfuerzo de alquimia espiritual,
luchan los Elementarwesen, los elementales demoniacos, las fuerzas del
mal y del caos.
67. ¡Y pensar que toda esta maravilla de símbolos, de misterios, de
leyendas, de sabiduría hiperbórea, ha sido adulterada, al igual que la
Cabala Orfica, por una tribu de bastardos y esclavos, para ser puesta
al servicio de un terrible sentimiento de "pecado racial", en el
cumplimiento de los fatídicos designios de un Arquetipo Planetario,
del Señor de las Tinieblas y del Caos, del Amo de las Sombras, que han
llamado Jehová...!
68. La encarnación del Señor de las Tinieblas no se cumple a través de
una raza, sino de una antirraza y de una contrainiciación.
69. En el misterio de ese pacto con una entidad no humana, que lo
necesita, porque únicamente a través de él podrá cumplir sus fines de
disolución y caos, empujando hacia la nada y llevando a la consumación
su Guerra contra los representantes de la otra luz. El les dará el
mundo material, como lo prometiera, siempre que cumplan con sus leyes,
en especial con las disposiciones que atañen a la antisangre. Y le
rindan culto y sacrificios. Pues aquel Ser Sombrío vive de estos
sacrificios y se alimenta con las vidas de los siervos. El pacto
deberá incluir la cláusula de no-eternidad, de no-inmortalidad,
permitiendo únicamente el triunfo en el reino de la materia más densa,
del poder de esa materia.
70. Hay otras armas, que no solamente destruyen el cuerpo físico. Y es
allá donde se ganará realmente la guerra, o se perderá.
71. En la Iglesia de Roma, llamada Católica, sólo perdura un ritual
sin alma en la misa, como cáscara litúrgica que ya no alcanza al
Símbolo, que no lo toca, no lo pone en acción.
72. El lado más esotérico del hinduismo se halla en el Tantrismo,
especialmente en la Orden Kaula, o Kula.
73. El "Cuerpo Astral" no llega a ser consciente del mismo modo a como
nosotros lo somos aquí, en este mundo donde nos movemos con el
vehículo físico. Por ello, deberíamos decir que el Cuerpo Astral, como
lo seguiremos llamando, que el Eydelon, que el Huaiyuhuen, existe
solamente en potencia, virtualmente, debiendo nosotros crearlo,
"inventarlo", es decir, pasarle la conciencia de nuestro yo terrestre,
hacerlo consciente, que es lo mismo, aunque con una conciencia
integrada, diferente. Con una conciencia doble, la "de allá" y la "de
acá". Es éste el trabajo de una vida, aquí en la tierra: Inventar el
cuerpo astral, crearlo, pasándole nuestra conciencia, o, mejor dicho,
pudiendo llegar a vivir conscientemente en él —con esa doble conciencia
—. Así se sobrevivirá a la muerte. También se podrá morir cuando uno
quiera... Y al morir, no perder la conciencia "de acá..."
74. Este trabajo de construir puentes entre tres y más cuerpos, que
están en usted, que son usted mismo de algún modo, sólo puede hacerse
aquí en la tierra. Cuando lo haya logrado, será un Pontífice, es
decir, un puente entre los mundos, sus mundos.
75. No hay otra manera de alcanzar la inmortalidad, la que no es para
todos, sino para unos pocos capaces de librar este combate, el
verdadero Combate, esta guerra, la verdadera Gran Guerra. Por eso, los
que aquí vamos somos guerreros de una Orden sin tiempo, sin edad...
Usted está siendo traído a este combate por su propio destino, por su
cuerpo astral, que le pide, le exige que lo lleve a la vida
consciente, que lo conecte con Otro Cuerpo de una gnosis divina,
superior.
76. El cuerpo astral tiene idéntica forma al físico, aunque en blanco
y negro, digamos, encontrándose como al otro lado de un espejo. No
todos lo poseen; fue patrimonio de los arios y se ha atrofiado, como
el Vril. Sólo los viras pueden resucitarlo.
77. El cuerpo físico es el hijo de la madre; mas, el cuerpo astral es
el "hijo del hombre". Usted tendrá que darlo a luz. ¿Ve usted? Se ha
llamado a Kristos el "Hijo del Hombre"; porque Kristos es el cuerpo
astral, que debe nacer, resucitar, dentro de nosotros mismos. Es el
Hijo de la Inmortalidad, de la Eternidad... Por ahora, no es más que
una nebulosa, un fantasma informe, una sombra atrofiada, que le está
pidiendo a gritos que lo vuelva a la vida, que lo resucite, que le dé
una forma, su forma, que le dé un Rostro. Pero no se olvide, el cuerpo
astral, el Hijo del Hombre, del guerrero, no es igual a usted, sólo en
parte se le parece, porque tendrá dos rostros, mejor dicho, sólo una
mitad de su rostro será igual al suyo; la otra mitad será igual al de
un ser que aún no aparece en su vida... Como ya podrá entender, todo
esto es un combate definitivo, esencial, y los que conmigo van son mis
guerreros; porque nuestra Orden es una Orden Guerrera, la más antigua,
la más sagrada.
78. Es ésta la muerte mística de los antiguos Misterios y de las
iniciaciones. Por esto los arios son los nacidos dos veces; es decir,
los Iniciados, los que han muerto aquí a voluntad y ya no mueren en la
muerte física natural, porque entonces viven en su cuerpo astral, en
el Hijo que dieran a luz: El Hijo del Hombre.
79. Mientras viví en Suiza, se publicó en ese país la lista de los
masones helvéticos más importantes. Y en ella aparecía el profesor
Jung.
80. Jung define el inconsciente como "la matriz de todos los fenómenos
diferenciados, religión. música, arte, etcétera". Lo que tampoco nos
dice nada. Lo hemos venido discutiendo desde el comienzo de esta obra
y no vamos a insistir. Toda la terminología jungueana, prestada o
derivada del psicoanálisis, deberá ser reemplazada por la legendaria y
hermética, si es que queremos llegar a alguna parte.
81. La iniciación puede reabrir el tercer ojo, transformar al héroe en
gigante, al vira en divya, para seguir usando los términos del
esoterismo tántrico. En superhombre, en Sonnenmensch. Cortar la
corriente lunar, para volver a ser solares (del Sol Negro.) Recuperar
el Vril.
82. Un iniciado, que desea entregar su vida a la aventura que aquí
hemos descrito, al Trabajo de la Inmortalidad, deberá sacrificarlo
todo, en especial su vida personal, la de los sentidos y del sexo;
siendo el sexo lo más importante. Se trata de transmutar las fuerzas,
las energías. Jung lo ha explicado en sus estudios sobre la Alquimia.
De todas las energías de que el hombre dispone, no hay otra que se
compare en poder y misterio a la del sexo. Tan poderosa es que sólo
ella puede crear nueva vida, reproducir nuevos seres en la carne. Y
cuando no reproduce la materia física, también puede dar vida al Hijo
de la Muerte, al Hijo del Hombre, al Cuerpo Astral. Transmutando,
sublimando. Porque lo que hoy se llama libido, en el lenguaje
legendario es Kundalini, la Serpiente de Fuego, Quetzalcoatl, la
Serpiente Emplumada, que vuela y puede hacer volar.
La castidad del iniciado nada tiene que ver con el sentido judeo-
cristiano del pecado, el odio y el resentimiento de los esclavos. La
tierra actual deberá ser transmutada, la naturaleza transfigurada, el
Crepúsculo de los Dioses dar paso a la Resurrección de los Dioses. Y
esto es otra cosa. Es una transmutación alquímica, una sublimación,
una espiritualización de la materia. Mas, no es para todos, únicamente
para el iniciado, para el ario, en el centro de una jerarquía de
castas.
83. La Mujer-Maga es en verdad la Walkiria, que en algún lugar fuera
de este universo nos entregará la Copa del Grial, llena hasta los
bordes del licor de la Vida Eterna.
84. Esta Guerra no ha llegado a su fin. Nunca terminará.
85. En el amor arquetípico, tántrico, esto se reproduce, pasando a ser
la mujer la activa y el hombre el pasivo. Es el Maithuna, o coito
mágico, donde la mujer iniciada, la yogini, se mueve, se agita. El
hombre iniciado, el sadaka, el héroe, permanece inmóvil, lejano,
extático, sin eyacular el semen afuera (Bundi), solamente adentro,
para impregnarse a sí mismo y quedar incincta del Hijo de la Muerte,
del Hijo de la Eternidad, del Hijo del Hombre, del Cuerpo Astral, como
se ha dicho.
86. Hemos tratado de revelar la posibilidad existente para el iniciado
de dar a luz su propia inmortalidad, su Cuerpo Astral, su Hijo del
Hombre, cuando, por la Iniciación de A-Mor, ha quedado incincta de la
Amada, en una suerte de partenogénesis iniciática. Otro tanto pasaría
a la Mujer superior (no a Eva), a Lilith, a Allouine, pudiendo quedar
incincta de un "Ángel", también por Amor Mágico, por Iniciación de A-
Mor, en el contacto telepático, astral, con el Amado. Y así Ella dará
a luz el verdadero Hijo de la Mujer, algo que existía adentro, en
potencia, virtualmente.
87. Este maravilloso camino de A-Mor es esencialmente viril. Sólo los
héroes podrán enfrentar las pruebas que la Amada pone a sus elegidos
para entregarles la Copa del Grial, plena hasta los bordes con el
Licor de la Inmortalidad: Soma, Ambrosía, Amrita, Ahorna. Llena, en
verdad, con la sangre azul de los hiperbóreos, de los arios, de los
Nacidos Dos Veces y que los Minnesánger beben en el rito de la
Minnetrinken, dentro del Círculo de la Mánnerbunde.
88. Hiperbórea no se incluye totalmente en un tiempo histórico; se
sitúa fuera de la Respiración de Brahma, de la Creación demoníaca del
Demiurgo Jehová.
89. Es el Amor de la Eternidad, de la Inmortalidad. Porque sólo existe
una Ella hiperbórea para un El hiperbóreo en todos los universos y más
allá de ellos. Y es crimen y suicidio espiritual traicionar a la Amada
Eterna.
90. Sólo si él vence, si da a luz el Hijo de la Muerte, si se
eterniza, revistiendo su Cuerpo Astral de materia inmortal,
imperecedera, de Vajra, si con el arma en la mano fuerza la salida,
estará en condiciones de poder resucitarla, de retornarla a la vida,
de hacerla también inmortal. Ella partió desposada y con un rostro
para su alma. El rostro del Amado, debiendo continuar el camino de su
iniciación, de su inmortalización, sola al otro lado, pero
telepáticamente unida a él, como su Walkiria. Ahora le espera en el
Walhalla, para curar sus heridas y reconstruir sus cuerpos
destrozados, si él muere en el combate. También para entregarle la
Copa del Grial, de la Vida Eterna, llena hasta los bordes con el licor
de la Inmortalidad.
91. Ellos no son creadores, sino meros copistas, ladrones inclinados a
la falsificación, el drama de los viras hiperbóreos aquí introducidos,
caídos, aprisionados, será siempre el mismo y obedece a un móvil:
arriesgarlo todo para presentar el combate al Enemigo en su propio
territorio, pudiendo ganar la Guerra desde dentro. Estos héroes han
comprometido la pérdida de sus almas hiperbóreas para destruir la
pesadilla del Demiurgo, su falsificación, su mezcolanza. Ellos
intentan volver el mundo a la pureza original, transmutar la tierra,
transfigurar la naturaleza corrompida, adulterada por el Demiurgo
Jehová, por el Señor de las Tinieblas, que, a su vez, pretende ir
extendiendo su gangrena, su infernal copia, su máquina de los
retornos, su respiración, su sueño "evolutivo". He aquí la Gran
Guerra.
92. A lo que los viras despiertos aspiran, los arios, los hiperbóreos,
es a salirse de la creación demiúrgica, de todos sus yugas, incluyendo
el Satya-Yuga, la Edad Dorada, a pasar más allá de sus Arquetipos, a
redimir la Creación, arrebatándosela al Señor de las Tinieblas,
transmutándola.
93. La primera partición acontecida en ese Universo "más allá de las
estrellas", donde "son otras las leyes, o no hay leyes", habrá tenido
por esencia y compulsión la Gnosis, la aspiración a un Rostro. Después
de la intervención del Demiurgo y de su plagio en el Reino de las
Sombras, además de esa compulsión, se ha recibido una orden de guerra
y los héroes (Eros), los Siddhas hiperbóreos han entrado escindidos al
Universo de pares de opuestos del Demiurgo Jehová, para combatir y
rescatar a los camaradas prisioneros, al mismo tiempo que destruir la
creación diabólica del Señor de las Tinieblas, transmutándola,
conjuntamente con la resurrección del vira.
94. Cuando los divyas abandonan la primera Hiperbórea, cuando El y
Ella penetran en la creación demiúrgica, por algún resquicio, por la
puertaventana de Venus, adquieren un cuerpo de materia terrestre,
mientras se atrofian sus cuerpos de materia espiritual. Han forzado,
sin embargo, una mutación en el cuerpo animal, en el instrumento
robótico de tierra al tener que utilizarlo. Son los viras, los héroes
legendarios.
95. Si en eones de tiempo le es dado a El encontrarse con Ella, El lo
sabrá, porque adentro de sí mismo algo se enciende: ese embrión de
alma-recuerdo, al que dará un Rostro, el del cuerpo terrestre de Ella,
si es capaz de A-Marla con el A-Mor Mágico que se enseñara en la
Hiperbórea Polar, en el Satya-Yuga, dando así a luz el Hijo de la
Minne, de la nostalgia y del recuerdo de ELELLA, del ansia. El Hijo
del Hombre.
Muchas veces le habrá sido dado encontrarla en el peregrinar de las
rondas del Eterno Retorno, con un mismo rostro, sin saber
inmediatamente que era Ella, hasta que la Nota vibre en su más
prístina pureza y el Rostro sea fijado para siempre por la Nostalgia,
por la perseverancia con la que El lo ha soñado, lo ha inventado: su
Flor Inexistente, la cosa contemplada, al borde ya del naufragio y de
la total desesperanza. Entonces, ya no habrá más que una Ella para El,
y un El para Ella, en el combate de todos los mundos, de los soles y
las tierras.
¡Oh Dioses!, quizás aquí se encuentre la razón más íntima de todo el
Misterio de ese Drama Hiperbóreo de la separación. Esas almas im
Nebel; masculino absoluto una, femenina absoluta la otra. Ellas no
tenían rostros. Sólo entrando a combatir en el mundo mezclado y
corrompido del Señor de las Tinieblas, sólo reencontrándose y A-
Mándose transfigurarán este mundo, obteniendo como premio un Rostro.
La Individualidad Absoluta, la Resurrección: NOS.
Como héroes han penetrado a un universo donde los "muertos entierran a
sus muertos", arriesgando perder hasta su inmortalidad en el sueño y
el olvido del samsara, de avidya, existiendo apenas entre esas chispas
dispersas, inventadas por el Demiurgo, ensayos de ideo-plasma,
animales-hombres, robots, máquinas estelares. Y han caído aún más
abajo al cometer el pecado racial de mezclar su sangre hiperbórea con
la de las hijas sudras de la tierra, del animal-hombre. Y su combate
se ha hecho aún más dramático, más difícil, más desesperado, cuando se
produce la Traición Blanca y algunos siddhas hiperbóreos se pasan al
Enemigo. Han llegado a creer en su engaño evolutivo. Son ellos los que
revitalizan su plan galáctico, entrando a colaborar con Jehová y sus
jerarquías de Manus y de Aiones satánicos, con sus arquetipos, sus
iglesias y organizaciones, sus democracias, sus komintern. Empujan la
ilusión, la pesadilla, con renovado brío, hacia un abismo de plomo.
Mas, si el vira hiperbóreo triunfa, porque ha hecho de su emblema el
"honor que se llama lealtad", no sólo habrá dado un Rostro a su alma,
sino que también a ese Alguien que se quedara esperando como al borde
de una Fuente, reintegrándose, sin ser absorbido, pudiendo salirse
para siempre del mundo de los Arquetipos y de las Ideas-Plasmas,
pasando más allá, hacia un sueño no soñado ni por los más grandes
Peregrinos del Ansia. Habrá derrotado al Demiurgo Jehová y a su corte
de "traidores blancos", transmutando su creación, su plagio.
96. Tras la partición de ELELLA y ELLAEL, a medida que El y Ella se
alejan, a través de estrellas y constelaciones, donde la manifestación
ilusoria del Demiurgo se reproduce y se repite en el ideoplasma, en
los infinitos pares de opuestos, porque a mayor distancia de la
respiración primera el número aumenta, hasta hacerse incontable en el
Kali-Yuga, la Minne hiperbórea se obnubila. Cada vez más espeso, más
sombrío, el Demiurgo imprime las formas recortadas de sus minerales,
vegetales, animales y simios-hombres. Sin la ayuda de los divyas
traidores, de la caída y de la mezcla de muchos otros, habría sido
incapaz de dotar de energía y conciencia a sus robot-golem. El
Demiurgo moviliza sus legiones arquetípicas, angélicas,contra el héroe
hiperbóreo para impedir que pueda cumplir ese "sueño no soñado ni por
los más grandes utopistas".
A medida que se desciende en la expiración, disminuyendo la energía,
aumenta la cantidad junto con la densidad. Es el mundo gregario del
Demiurgo-Jehová. Hay Dioses y Diosas hiperbóreos, divyas que se
aventuran a descender tan bajo, para imprimir dolorosamente su sello
en ese plasma demiúrgico, en esa expiración por ellos no producida, en
esa Maya, para intentar revertiría, transfigurarla, al mismo tiempo
que buscan lo que extraviaran. Dioses hiperbóreos encarnados tan
abajo, tan oscuro y que han perdido a veces la memoria del origen, la
razón de la aventura heroica del combate, en la mezcla con los hijos
de los hombres, en el contacto con los animales, los minerales y las
plantas,corrompidos por el Demiurgo satánico. Los robots que El
formara.
Y es aquí, en estos oscuros planos de la manifestación, en las edades
donde como un río circula el tiempo, donde el héroe hiperbóreo, el
hombre divino, podrá derrotar al Señor de las Tinieblas,
inmortalizándose al recuperar su Ella. Resucitando, naciendo otra vez,
haciéndose un Aryo. Porque únicamente aquí le es posible desposarse
doblemente, dentro y fuera de su alma, dándole el Rostro de carne,
inmortalizado en Vajra, con el Vril, al parir el Hijo del Hombre. Sólo
aquí el vira se habrá personalizado, haciéndose consciente de Sí-
Mismo, alcanzando la Individualidad Absoluta. El sadhaka y su yogini,
unidos y separados para siempre, ELELLA y ELLA-EL nuevamente, pero con
el Rostro del Hombre y la Mujer Absolutos, camaradas, a-mantes,
salidos, escapados ya del Círculo de los Círculos. Juntos a Aquel que
se quedó esperando en el límite del tiempo. Uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis: la Runa Hagal. La Estrella Doble de la Mañana, el Sol
Negro, el Rayo Verde.
Sólo aquí en la tierra se entrega la posibilidad de cumplir ese rito
iniciático venido de la Segunda Hiperbórea Polar, del Satya-Yuga, de
la Edad de Oro: la Iniciación de A-Mor, enseñada por las Magas
Hiperbóreas y que dona la inmortalidad de la Personalidad Absoluta, la
recuperación del Dios y de la Diosa con un Rostro para el héroe y su
Walkiria. Sólo para los divinos elegidos, para los divyas y los
semidivinos viras es posible esta Iniciación de A-Mor, el ritual del
Panshatattva, el Sadhana, la acción sincronística de desposarse dentro
y fuera. Allá, en el más lejano Norte -que hoy es el más lejano Sur—
en los oasis del hielo, en el Monte de la Revelación, junto al Sol
Negro de la medianoche polar.
Sólo a las dos primeras castas (que en la Hiperbórea polar fueran una:
ativarná) les es posible el segundo nacimiento de la Iniciación de A-
Mor, Únicamente a los divinos y semidivinos exiliados en esta tierra.
Nunca al sudra, al chandala, al animal-hombre, al número, a la
cantidad.
¿Por dónde entran a este mundo adulterado los divyas hiperbóreos? Lo
hemos dicho: por la Ventana de Venus. Por la Estrella de la Mañana,
Oiye-hue, Phosphoro, Lucifer. Por ahí entran Arbaris (Avris) y
Allouine, en busca de conquistar sus Rostros. ¿Por dónde salen los
héroes triunfantes, por dónde se escapan del Círculo de los Círculos,
abriéndose paso con las armas en las manos? Por la Estrella de la
Tarde, Yepun, Esper o Esperas, el hermano de Atlas, la Estrella
Vesperal. Por Wotan, con Wotan.
A través de enormes espacios de tiempo, de kalpas, manvantaras y
yugas, la memoria del héroe hiperbóreo es ya apenas un débil eco que a
veces resuena como el cuerno de Siegfried, herido de muerte en el
bosque de encinas patriarcales. La memoria de la sangre, la Minne
hiperbórea se ha borrado casi en los abismos del Kali-Yuga. Es por
esto que se hace necesaria la venida de algunos Liberados que aquí
descienden, como Avatar, en los instantes más críticos, en el
interludio del Sandhya, o del Sandhyansas que ellos transmutan en el
Yuga Hiperbóreo de los Héroes. Traspasan su fuego por unos intensos y
cortos períodos, para estremecer al Universo del Demiurgo y
espantarlo. El Avatar despierta la Memoria de la Sangre Hiperbórea,
destruye las sombras del ensueño de Maya, del samsara, agita las almas
de los héroes, y les lleva nuevamente al Combate de su Gran Guerra.
Danzando como Shiva Nataraja les recuerda su patria divina, la Primera
Hiperbórea. Es éste el sacrificio del Avatar, su descenso, que aquí
viene a ayudar a los suyos, imprimiendo su sello arquetípico
hiperbóreo, de fuego mítico, en el plasma demiúrgico, adquiriendo por
un cortísimo tiempo su forma humana, y así regenerándolo; porque con
su encarnación hace posible una alquimia de transmutación y el
retorno, la vuelta a Hiperbórea de sus guerreros más leales. Los
verdaderos arios, los elegidos.
97. Como todas las cosas que suceden del "quinto plano de la
manifestación hacia abajo", cuando ya la expiración se ha hecho débil,
encontrando, además, esa extraña fuerza enemiga que lo adultera todo,
conjuntamente con el Yuga de Kali, con la sombría Edad del Hierro,
también la creencia en la reencarnación ha pasado a ser una fantasía
más, diabólicamente falseada por las mentes inferiores, la
superstición y la ignorancia. Lo qué debió comprenderse
simbólicamente, ha venido a ser tomado al pie de la letra, de modo
que, conjuntamente con el exoterismo cristiano y su inmortalidad para
todos, compone la religión y la fe de las masas. Está hecha para
ellas. Un exoterismo gregario, un "opio para el pueblo".
98. No existe por ello inmortalidad de lo personal, de lo individual,
mientras no se haya individuado en la Personalidad Absoluta. Y esto no
es posible a todos. El Camino de Deva-Yana, el de los Dioses, el del
Norte, es para el héroe, para el guerrero hiperbóreo, para el ario,
que se ha jugado la eternidad y la inmortalidad en un combate muy
duro, en una Gran Guerra, de todas las horas e instantes de su vida
terrestre. Los otros, que cruzan el umbral de la muerte física, podrán
continuar por un tiempo una existencia larval, fantasmal, hasta que se
cumpla la segunda muerte, donde el cuerpo astral es disuelto en el
éter, así como el cuerpo de tierra ha sido disuelto en la tierra.
99. No hay inmortalidad para todos, sólo para unos pocos. La mayoría
son "muertos que entierran a sus muertos". Y la reencarnación, así
entendida, es lo mismo que si no existiera. Porque el que reencarna,
no lo recuerda, por la razón de que no hay nada individuado que
reencarne, que pueda recordar, que tenga memoria. Y si la tuviera, no
reencarnaría, sólo retornaría -y un número limitado de veces- porque
habría tomado el Sendero Deva-Yana. A no ser que sea un Boddhisatva,
un Tulku, un Avatar, que vuelve a voluntad y que no usa un solo
cuerpo, sino muchos.
100. La Reencarnación es sólo para el hombre-animal, el sudra, el
chandala, el robot creado por el Demiurgo, por el Señor de las
Tinieblas. En forma por decir mecánica, automática, se reproduce, se
reencarna, con distintos cuerpos, cambiando de sexo, de hombre a mujer
y hasta en animales. La ilusión de una ley kármica sirve al Demiurgo
tiránico para mantener sujetos a sus esclavos de la Atlántida. Es
decir, la reencarnación de los "espíritus vitales" y de la
fantasmagoría de un yo, creado (copiado) en forma también arquetípica
por el Demiurgo, rige sólo para el animal-hombre, para el chandala.
Para los hiperbóreos, penetrados en este Universo, no cuenta la
reencarnación, sino únicamente el Eterno Retorno, como ley cíclica y
voluntariamente aceptada en los momentos de entrar aquí, como norma
que rige en la prisión donde han quedado. Mas, aun así, el número de
retornos deberá ser limitado, sirviéndoles únicamente de oportunidad
para librar su Combate contra el Señor de las Tinieblas y para
inmortalizarse, resucitando como divyas absolutos, como Personalidad-
Total, pudiendo arrastrar consigo el Universo demiúrgico redimido,
transfigurado.
101. El hombre tendido está como muerto. Podría pensarse que Kali lo
ha sacrificado de verdad. No es así, pues la muerte es sólo aparente,
correspondiendo a la muerte mística de la Iniciación, ya explicada. Y
esa Mujer-Diosa representa al cuerpo astral del vira, a su Ella
recuperada, el Linga-sárira. Es la Hija-Hijo del hombre, recuperada y
con un Rostro, que ha muerto al hombre natural para dar vida al homo
de coelo, eterno, resucitado, con materia inmortal, de vajra roja. Es
también la rubedo de la Alquimia, la opera rosa. Y todo re-unido por
ese Cordón Dorado, que no se cortara, al tercero —que es el sexto, lo
hemos visto— a la persona, que ha adquirido una personalidad, un
rostro: NOS, el Hombre-Total, la Mujer-Total, el Hombre y la Mujer
Absolutos.
102. La misma guerra es librada aquí y allá, en más de un mundo, y lo
perdido aquí es ganado allá.
103. Afirma el Rig Veda que ni los Dioses, en el más alto cielo, saben
cómo ha sucedido esa tragedia, esa pesadilla de locura de la Creación
del Demiurgo.
104. La enorme conspiración terrestre para escamotear la verdad de los
orígenes extraestelares, tiene también causa y principio fuera de este
planeta. Está dirigida por el Demiurgo y por los divyas traidores.
105. Al Samadhi vedantino, que es una trampa introducida en la India
ya mezclada por la Traición Blanca y por la sugestión del Demiurgo,
deberá oponérsele el Kaivalya tántrico ario, es decir, la separación
absoluta del Mago, la Personalidad Absoluta, la inmortalidad con un
Rostro, por oposición a la fusión y disolución.
106. El Génesis, en su origen, antes de ser expurgado y falseado en su
más profundo sentido. Ahí, en el Paraíso, en Para-desha, en el Monte
de la Revelación, en el Meru, había un Árbol con Manzanas de Oro,
poseedor de la Ciencia del Bien y del Mal. El Árbol capaz de entregar
la Inmortalidad y de hacer a los héroes como Dioses y más que Dioses.
107. Lo que en verdad fuera esa Columna sólo se puede entrever por el
verdadero nombre del Dios-Siddha Hiperbóreo, que aparece en las sagas
nórdicas: ER, IR. Quiere decir Poder. La Columna fue así un poder que
poseían los Hiperbóreos, los divyas, los siddhas, que pierden al
mezclarse con "las hijas de los hombres". Con este poder les era dado
mantener abierta la Ventana de Entrada, la Puerta de Salida, en la
Estrella, la conexión con la Primera Hiperbórea. Era el Vril, una
suerte de Rayo que se proyectaba desde el entrecejo y que ha quedado
reducido a una pura virtualidad en las glándulas pituitaria y pineal,
calcificadas en el Kali-Yuga.
108. Las Runas son también mortalmente odiadas por los representantes
del Kali-Yuga, por el animal-hombre, por los esclavos de la Atlántida
y por los acólitos del Príncipe de las Sombras, de la esclavitud, de
la mentira y de la fealdad.
109. Los signos de las Runas son únicos entre los alfabetos mágicos,
con perfiles agudos, simétricos, se parecen sólo al cuerpo de los
divyas hiperbóreos. Los ejercicios rúnicos, la yoga-rúnica del cuerpo,
impregnan su materia de vibraciones mágicas. Quien conozca su Runa,
adquiere el poder de la disolución y reintegración de la materia, de
la muerte voluntaria y de la resurrección. Podrá hacer vibrar su Nota
en la tonalidad más alta. Salirse, así, del Círculo de los Retornos.
110. El término vira; empleado a menudo en este libro y en "El Cordón
Dorado", pertenece al tantrismo y se refiere a una fuerza viril,
heroica, que actúa a contracorriente y que posee el saddhaká, o
iniciado tántrico. Por esto pasa a ser sinónimo del héroe que combate
por reinvertir el proceso de la entropía de la involución en el plano
donde actúa el Demiurgo Jehová, saliéndose del Círculo de los
Círculos, del Eterno Retorno, hacia "algo no soñado ni por los más
grandes utopistas". El mayor peligro para la fuerza del vira se
encuentra en el miedo y el deseo. El vára-mudra destruye el miedo y el
deseo, y concede el favor hiperbóreo.
111. Asgard es entonces el Himmelsburg, el Castillo del Cielo, donde
Wotan y sus Walkirias aún preservan las Runas sacras, para
entregarlas, junto con su secreto, a los héroes que luchan por
inmortalizarse, a los vira que se transmutarán en divyas.
112. La "sangre de los héroes llega más cerca de Wotan que la plegaria
de los santos". El héroe guerrero necesita en especial del honor y de
la lealtad, del poder de la fe — Glaubenskraft—, perseverando en la
fe, hasta que el Vril "cree la cosa contemplada".
113. Así, el Árbol está simbolizando el descenso del UR-Mensch (el
Siddha hiperbóreo) en la materia terrestre, en los reinos más duros y
espesos. De cabeza hacia abajo, como la Runa YR. Muerte del Espíritu
en la materia. Desaparición momentánea del Siddha-divya. Pero del
divya que desciende, que involuciona, junto con expirar tiene en sí el
poder de retornar, resucitar. Este poder está oculto en su propia
fisiología hermética, embrionaria. Únicamente ha perdido la memoria,
la sabiduría. Deberá despertarla.
Hemos visto que el vira exiliado posee más de un cuerpo. Los mundos
(cielos en la terminología gnóstico-cátara), por los que transita
combatiendo se hallan dentro del cuerpo del Arquetipo-Manu, servidor
del Demiurgo, también un Góttlicher Makrokosmos.
Dentro del Círculo de los Círculos todo se repite, como los ecos de
una nota arquetípica. Así, el cuerpo del divya estará compuesto de
tantos otros cuerpos como los planos de materia-espiritual y materia-
material por los que atraviesa al entrar en el mundo del Demiurgo. Por
ello, el cuerpo de materia terrestre deberá poseer en sí el "órgano"
apropiado para conectarse con el "cuerpo astral", embrionario por
atrofia y olvido, pudiendo ser capaz de recrearlo, resucitarlo,
"inventarlo", además de inmortalizarlo, uniéndolo con un cuerpo mental
aún más sutil. En el cuerpo astral también se encuentra otro
"órgano" (clave) que hace posible unirse con su Mónada, con "Aquel que
se quedara esperando al borde de una Fuente". Ese "órgano" es la Runa
Thor, a la que corresponde la letra Th del nombre Thule, la Runa del
Regreso (con un Rostro) a la Hiperbórea Celeste, preservando el "yo",
para no ser absorbido por la "inspiración" y devorado por el Demiurgo,
Señor de las Tinieblas. Así, el hombre renace en varios mundos a la
vez. Cada mundo estaría representado por uno de sus cuerpos
(Castillos), hallándose presente en todos, aun sin saberlo, pues tiene
conciencia de uno sólo, del de la tierra, del Gerdasburg. Sólo al
encontrar la clave para desarrollar su Linga-Sarira, o cuerpo astral,
el guerrero de Wotan podrá abrir la puerta que comunica con el plano
mental, pudiendo vivir en más de dos mundos. Se ha hecho ubicuo.
114. La fuerza de las Runas produce vibraciones en el cuerpo astral,
pasando a ser mediadora entre los planos del espíritu, del alma y del
cuerpo. Centros proyectores de estas fuerzas son también los chakras,
vórtices de energía luminosos. La magia de las Runas activa las
vibraciones de estos centros. Sus ruedas se ponen a girar como
swastikas, vertiginosamente. A cada rueda, o chakra, corresponden
ciertas Runas. De igual modo, a cada chakra astral, corresponde un
órgano nervioso en el cuerpo físico, un plexus, una glándula, con sus
secreciones internas dirigidas por los vórtices astrales. Cuando las
Runas activan las vibraciones astrales de los chakras, conectándolos
entre sí, posibilitan la conciencia de esos centros de luz; porque
esas "ruedas" también son centros virtuales de una conciencia
diferente.
115. El plan diabólico se dirige a producir nuevamente el monstruo del
hombre de Neanderthal.
116. También los divinos, los Dioses Hiperbóreos, que han entrado a
combatir dentro del Universo recurrente del Uno, Jehová, del Señor de
las Tinieblas, han quedado prisioneros de su Eterno Retorno, debiendo
aceptar su ley kármica, cíclica.
117. Repitamos, en la expiración, el "aliento" del Demiurgo-Jehová va
descendiendo a planos de menor intensidad de la energía, donde ya ni
siquiera sus Jerarquías de Servidores vienen, sino que crean sus
medios de trabajo, de investigación, sus "máquinas", sus "robots",
aunque siempre las compongan a su propia imagen. Cuando aquí llegaron
los divyas hiperbóreos, habrán pensado hacerlo por muy poco tiempo, el
que pudieran resistir, aunque esto fuera en la Edad Dorada. Pero
algunos de ellos se prendaron de las "hijas de los hombres", de los
"animales-hombres", debiendo quedarse como prisioneros. Los hijos de
este primer "pecado racial" fueron los héroes de los tiempos idos, los
semidivinos, los aryos, los viras, que aún podrían retornar al mundo
divino, transmutándose a la inversa, por medio de la Iniciación de A-
Mor. Por haber vivido directamente la experiencia en este plano de la
impregnación demiúrgica, deberían alcanzar más alto que los mismos
Dioses, ser más que ellos, salirse, en un sueño no soñado ni por los
más grandes Peregrinos del Ansia.
He aquí la diferencia entre las dos humanidades terrestres, la semi-
divina y la únicamente animal, la de los "robots", la de los "esclavos
de la Atlántida". Es posible también que la elección de habitar con el
hombre, en la dura tierra, sea un acto de heroísmo, además de una
derrota. Las grandes guerras de los Koravas y Pandavas en el
Mahabharata, la de los Vanes y los Ases, serían guerras punitivas en
contra de los que se mezclaron, enturbiando su divina sangre. Y es en
estas guerras cuando aparecen con más frecuencia los Vimanas, los
Discos de Luz, al igual que hoy, en las grandes crisis de los tiempos,
en el final de un Ciclo.
118. De allá han venido los hiperbóreos, entrando a este Círculo de
los Círculos por un "repliegue topológico", por la "Ventana de Venus",
o por un "clic" de la Mente. Sin ese recuerdo, sin esa memoria, todo
se habría perdido para siempre. Allí, frente al Gral, escuchando la
propia sangre, su música, junto al Fuego, los hiperbóreos cumplían con
el rito de la Minne-trinken, bebían su sangre, preservando la memoria
del origen, para así darse ánimo en la increíble aventura aquí
emprendida, en este exilio en la materia, en esta guerra sin cuartel
contra el Enemigo que —se sabe— les va cercando. Y porque el tiempo se
acelera en estas regiones, que se harán sombrías y heladas. Las
Hagedissen, las Vírgenes del Sol Negro, exhortan a los héroes a
apresurar la Boda, el Matrimonio Mágico, junto al Fuego. Ellas son las
Esposas del Fuego.
119. La vida y la muerte dentro de la tierra del Demiurgo. La forma
del divya, del Urmensch, del Hombre Original, le es aportada por la
Runa. Es ella la que se imprime aquí. Se halla ahora en el mineral,
como aspiración tal vez inalcanzable. Y afuera se reproduce, en
tanteos, en ensayos, o copia del Demiurgo, completamente fracasados,
como el mono y el hombre de Neanderthal. Y el cuerpo de dos brazos, de
dos piernas, de una cabeza, de cinco dedos, sólo es una máquina, la
reproducción de un Arquetipo copiado por el Demiurgo-Jehová y
proyectado por su "respiración" en su Universo recurrente. Para
trabajar con esa máquina, en este espeso mundo, su mal plagiador no
necesitará "bajar'. Bastará con ese golem, con el hombre de
Neanderthal y su lenta e imposible evolución e involución, a través de
eones de tiempo y de tremendos desastres. El que lo está utilizando,
no tiene prisa. En verdad está jugando, danzando dentro de su Maya-
Ilusión.
Pero he aquí que algo enorme acontece, fuera del sueño de ese Jugador
diabólico. Alguien se ha introducido en este Círculo de los Círculos,
por alguna "puerta" o "repliegue", quizás por una estrecha "ventana".
La Puerta, o la Ventana de Venus, o bien por un "clic" de la Mente. Un
Derrotado, o un Héroe, venido de un Universo completamente distinto,
portando consigo el original divino, hiperbóreo, de la forma, que el
Demiurgo corrompiera y el poder de las Runas, desciende a este mundo,
dándole otro cariz y dirección a todo el proceso de repetición
mecánica, pudiendo hasta redimir la materia, transfigurarla,
produciendo una mutación que alcanzaría al núcleo central del Fuego
Tectónico. Entra, así, en guerra total con Jehová, su Eterno Retorno y
sus Arquetipos.
120. En todo caso, el mal, la verdadera derrota se produciría en el
olvido del origen divino y del objetivo último del combate, en la
asimilación con el animal-hombre, con el sudra, en la caída en el
sueño y la conformidad, cogido para siempre en los engranajes del
Eterno Retornó y destrucción final en la Nada. Absorción en el
Arquetipo, en el Demiurgo, en el Uno. Llegar a ser, después de todo y
de tanto, nada más que el alimento del Arquetipo, de Jehová.
121. Ellos residen en la Asgard celeste, en Agartha, en la Tierra
Interna o en ese mundo que pertenece a la "otra mitad de nuestros
sentidos". Son los divyas. Luego vienen los viras, los semidivinos,
los héroes, mitad Dios, mitad hombre, los que aún pueden transmutarse
en divyas, en el Ser-Total, en el Hombre Absoluto, en el Sonnenmensch.
Y la tercera humanidad de los animales-hombres, los descendientes del
Neanderthal, la más numerosa, que aumenta y aumenta, poblando la
tierra hasta sus últimos confines. Sirve de ejército al Demonio, al
Demiurgo, siendo, además, su alimento al final del Manvantara.
La Hiperbórea a que ahora nos referimos, la terrestre, la polar, el
Mitgard de los Aryos, la Tierra del Medio, está habitada por los
héroes semidivinos, siendo el reflejo, la sombra dorada de la Asgard
extraceleste, hecha a su imagen y semejanza. Aquí, Wotan se ha
encarnado en Rama, ha tomado su forma heroica y luminosa.
Y como único medio de alcanzar la salida del Retorno, las Sacerdotisas
del Sol Negro, de la Media Noche Polar, enseñan el Culto del A-Mor
Mágico y desposan al A-Mado para que pueda dar a luz su propio Hijo
del Hombre, su vehículo indestructible de la eternidad, el que no
podrá ser devorado por el Arquetipo, por el Demiurgo, porque se ha
construido en el Fuego de Vajra roja, con la alquimia rúnica de Wotan
y del Árbol Iggdrasil. Con El volverá a salir de todo esto, del
Círculo de los Círculos, por la Puerta de Venus. Y habrá redimido a la
tierra, transfigurado la naturaleza, sobrepasado el Kali-Yuga... y
todos los Yugas.
122. Los signos característicos de los Hiperbóreos son los siguientes:
Inmovilidad, impasibilidad, calma interior, serenidad, gloria,
victoria, terribilidad. Cuando el Rey actúa, lo hace como el rayo,
extendiendo el cetro y proyectando la Runa SIEG. La Blitzkrieg. Estos
son los signos de los inmortales.
Mas, para que el aryo-hiperbóreo lo sea realmente no basta con el
primer nacimiento, necesita de la iniciación, debiendo pasar por la
muerte mística, naciendo una segunda vez. Sólo entonces habrá
resucitado y será inmortal.
123. He aquí la historia que seguramente se contaba en el Génesis,
antes de ser mutilado y transformado por la gran conspiración del
Señor de las Tinieblas. Junto al Árbol, Allouine enseñó a Arbaris el
Amor Inmóvil, en la contemplación de su cuerpo desnudo; pero sin
tocarla, sin poseerla en el contacto de los cuerpos materiales, que
crean el hijo de la carne y de la disolución. Ella despertó sus
chakras, sus manzanas de oro, en el Árbol del Paraíso, en cuyo tronco
se encontraba reclinada. Y él se transmutó en divya, cortando sus
cadenas, despertando a Allouine de su sueño. Fue más que un Dios, con
la sabiduría del A -Mor Mágico, que está inscrita al otro lado de los
astros, como el nombre del Gral.
Entonces, Avris fue AR-BA-RIS. AR, quiere decir: "Custodia el Fuego
Eterno", el de los AR-yos; BAR, "Confía en el Dios que está dentro de
ti"; IS, "Domínate a ti mismo y así controlarás los poderes del
Enemigo".
Los Siddhas hiperbóreos no procreaban hijos de la carne. Moldeaban,
plasmaban sus propios cuerpos. Sólo con el "pecado racial", con la Eva
terrestre, se suceden las generaciones de la tierra y se sumerge
Paradesha, desaparece el Jardín de las Manzanas de Oro, se apaga la
Columna de Fuego, se oscurece el Vril, se atrofia el Ojo del Dragón,
muere Allouine, se hunde la Atlántida-Hiperbórea.
124. Los Siddhas hiperbóreos pretendieron organizar el mundo en los
primeros Yugas, arrebatándoselo al Demiurgo. Ayudaban a los héroes a
recuperar su divinidad total, por medio de la iniciación. A los
pueblos de color, a los humanos, les entregaban la felicidad
terrestre, organizándolos en castas, en varna. (Los hiperbóreos eran
ativarna, más allá de la casta, del color). Utilizando sus facultades
mecánicas en labores útiles, pensaban, quizás, producir por medio de
la alquimia del color una mutación mágica en los pueblos semianimales,
que pudiera llevarlos, de algún modo, a una transfiguración. Les
traspasaron una partícula de inmortalidad, al mismo tiempo que
espiritualizaban la tierra, arrancándola de las garras del Señor de
las Tinieblas.
125. El Campo de Batalla, además de la tierra, iba a ser ahora el
interior del héroe, del vira, divino sólo a medias.
126. Cuando es el matriarcado el que se impone, los cultos se centran
en la Luz del Año, en un simbolismo de la naturaleza posthiperbórica,
en el fuego puramente material, en las ceremonias de la luz en el
solsticio de invierno, que inspiran la creencia matriarcal de la
reencarnación. La religiosidad devocional, la yoga Bhakti, el Samadhi
vedantino de la fusión en el Ser primordial, en el Uno, el acento en
el chakra Anahata del corazón. Lo máximo que se podría alcanzar es al
chakra Sahasrara, con el mantra SAHAM: "Yo soy tú". (El Andrógino). La
iniciación patriarcal hace uso de la Raja-Yoga, la Yoga Tántrica, con
el Kayvalia en lugar del Samadhi, la absoluta separación, la
personalidad absoluta, la individuación, pasando más allá del chakra
Sahasrara, hacia Sunya, el Vacío, el Nirvana, saliéndose hacia algo
jamás soñado, ni por los más grandes Peregrinos del Ansia. Con el
mantra opuesto a SAHAM: HAMSA. HAM es Shiva, SA es Parvati. El y Ella
separados y unidos para siempre, unidos en la separación. Este es el
Camino de los Guerreros y las Walkirias de Wotan. No existe
reencarnación, sino inmortalidad, salida. Salto dentro de una Flor
Inexistente.
El sol que hoy alumbra la tierra, es un nuevo sol, surgido con la
desaparición de Asgard y la precipitación en el mundo de la materia
espesa, con el declinar de la energía de la Expiración. La naturaleza
también es otra. Tenían razón los románticos alemanes al creer, con
Novalis, que la naturaleza podría ser modificada, espiritualizada, por
medio de su Idealismo Mágico. Regenerada, transmutada, transfigurada,
arrancada del dominio de la Respiración cíclica del Demiurgo por el
combate sincronístico y el sacrificio del héroe hiperbóreo.
127. Tanto el Hombre de Neanderthal como el de Aurignac son creaciones
robóticas y fallidas del Demiurgo, circunscritas a la ley cíclica de
la evolución e involución dentro del Eterno Retorno, de su expiración
e inspiración. El Hombre del Cromagnon, cuya aparición repentina es un
misterio, corresponde a la entrada de los hiperbóreos.
128. La Alquimia de la Transmutación del vira en divya, en la
Iniciación Guerrera y Tantrica de A-Mor, actúa rectamente sobre los
genes, la sangre y sus grupos, alterando la zona más sutil del
metabolismo, resucitando al Ativarna —más allá de varna—. Pero
únicamente entre los viras aryos es posible. En los "nacidos dos
veces".
129. Porque una vez existió otra Luz, una Luz que no cambia, la del
Sol Negro Antiguo, polar, a través de la cual es posible salirse, dar
el salto, hacia la Flor Inexistente del Rayo Verde. Y ese Sol Negro no
es otro que la Puerta de Venus. Es Lucifer, el verdadero Guía del
Retorno a Hiperbórea, en el otro extremo, opuesto al Cristo de la Luz
cambiante del Nuevo Sol, de la muerte y disolución.
130. Así, el vira tántrico tiene posibilidades que quizás no se den
para ningún otro en el sucederse de los Yugas. Puede llegar a ser
totalmente consciente del Misterio y, de ese modo, abrir paso a su
"yo" por un camino que no ha sido transitado ni por los Dioses, en
todas las Edades de este Universo cerrado. Y ello porque el Camino no
existe; el héroe lo "hace al andar", lo inventa, lo abre a los golpes
de su Espada. Es un Camino Inexistente, una Flor Inexistente. No
existe, porque conduce a algo que tampoco existe: un Sueño nunca
soñado ni por los más grandes Peregrinos de la Nostalgia. Más allá del
Círculo de los Círculos, de los Dioses, de los Arquetipos y de las
estrellas. En la pura inexistencia del Rayo Verde.
Sólo los héroes tienen esta posibilidad, los semidivinos, los que de
este modo nacieron; pero no todos la realizan. Es muy difícil. El
héroe tendrá que arriesgarlo todo, su muerte física y espiritual, su
despedazamiento, la tortura, la traición, la soledad última. Y sin
soltar jamás la Espada deberá mantenerse firme, inquebrantable,
resistiendo las angustias y los dolores hasta el final, hasta la
última prueba, hasta la última duda, cuando haya creído que todo fue
en vano, que nada ha sido cierto, que sólo su mente, sus creaciones
mentales le han llevado a ese fatal trance y al desplomarse del
Universo sobre su entero ser despedazado.
Si el Héroe pasa por esta prueba, si logra sobrellevarla, al otro
lado, en el Walhalla de Wotan, su Walkiria, junto con el Padre de los
Héroes reunirán sus pedazos dispersos, resucitarán su gloriosa carne,
ahora de Vajra Roja, inmortal, permitiéndole partir hacia una región a
la que sólo su Walkiria podrá seguirle, parque "ella es su única
compañía y ya no tendrá otra, ni siquiera dentro de ese sueño jamás
soñado...". Su Camino no tiene nombre, es el Camino Inexistente del
Rayo Verde.
131. Y la forma, la única forma, en que este espantoso designio pueda
llevarse a cabo, es respetando el Pacto de Anti-Sangre, el ritual de
la sangre mezclada, de la sangre impura. Porque es éste también el
fluido a través del cual el Príncipe de las Tinieblas se opone a los
Divinos del Rayo Verde, preservando su "memoria", sus "archivos de la
sombra", comprometiendo en la iniquidad a sus "elegidos".
132. Y así acontecerá otra vez, cuando la tierra vuelva a ser
destruida muy pronto, al final del Kali-Yuga. Cuando un nuevo
experimento del Demiurgo se repita en el Eterno Retorno, con la
proyección de otro Manu. Y los divinos hiperbóreos deban entrar
nuevamente a combatir, haciendo uso de las Runas.
133. Transmutar el vira (que es mestizo de primer grado) en Siddha-
divya, en superhombre, en Kaula, en Sonnenmensch, en hombre del Sol
Negro.
134. La raza blanca fue poseedora del Vril y de una condición especial
para percibir el espacio en tres y cuatro dimensiones, cosa que el
animal-hombre, el sudra de los pueblos de color, no posee. La
posibilidad de recuperar aquellas cualidades de la raza blanca
original se haría efectiva únicamente por una "alquimia del regreso",
yendo hacia atrás, con la mezcla consciente del semiblanco con el más
blanco, por una eugenesia estricta en los matrimonios y en la
progenie, hasta lograr el punto exacto de la transmutación, donde todo
dependerá de la magia o del milagro de la nueva encarnación de un
espíritu que hará realidad la recuperación del Poder perdido, del Vril
y de las cualidades de la visión que aún existían en la Segunda
Hiperbórea Polar.
135. Desde niño, por instinto al comienzo, jamás he rendido culto a
esos "padres de la patria", ni a sus instituciones masónicas. Ya lo
dije en "Ni por Mar ni por Tierra", hace más de treinta años. Ellos
dividieron este continente del sur en más de veintiún países de
opereta, aislándolo para que así pudiera "cocerse en su propio
mestizaje", en su propia oscura salsa bastarda de marranos y negros
traídos del África como esclavos por los sucios encomenderos. Ya
sabemos cómo el masón Bolívar inventó Bolivia, una suerte de Tibet sin
lamas y sin Tibet. Sin atumarunas ya. Bolivia, hasta en el nombre
procede de Bolívar. Y así nació este nacionalismo sudamericano, sin
destino, sin base alguna, sin raíz auténtica.
136. El único remedio, el remedio radical para la curación de la
humanidad sufriente es: el quebrantamiento de la servidumbre del
interés del dinero. Este quebrantamiento significa la única posible y
definitiva liberación del trabajo productor de las potencias del
dinero que dominan secretamente el orbe. El quebrantamiento de la
servidumbre del interés significa la restauración de la libre
personalidad, de la salvación del hombre de la esclavización y también
de la fascinación mágica en que su alma fue enredada por el
consumismo.
137. El Vira dispone, así, de una fuerza viril, heroica, que actúa a
contracorriente. Es la fuerza que posee el Saddhaka, o iniciado
tántrico. Sinónimo del héroe, combate por reinvertir el proceso de la
entropía, de la involución, que es un resultado de su entrada en el
Universo del Demiurgo-Jehová. Y se sale del Círculo del Eterno
Retorno, para siempre. Únicamente retorna a voluntad, como Avatar,
como Tulku.
138. Dentro de un Linaje Hiperbóreo, de una Casa de Familia, con uno
que llegue, que ejecute la Melodía hasta su consumación, que dé a luz
el Hijo del Hombre, que construya su Eidelón, su Cuerpo Astral y con
él se salga, bastará para que todo el Linaje participe de la
Resurrección y del retorno a Hiperbórea.
139. Para el Vira, para el guerrero de Wotan, el entrar aquí a
combatir es una obligación de honor y lealtad. Únicamente así podrá
luchar contra la creación demoníaca del Señor de las Tinieblas,
llegando a transmutarla, a transfigurarla. Y hasta el sexo le habrá
servido, como medio de arrebatarle algunos Pasu al Demiurgo,
transmutándolos en Viras, por medio de este sacrificio tántrico, por
así decir. Esta es la Gran Guerra.
140. Partiendo del plomo, la Piedra Philosophal permite remontarse
hasta el aurum potabile, hasta la Edad Dorada, de Saturno y Rea, hasta
el Satya-Yuga, enderezando la Lanza-Eje polar. El camino pasa por la
Nigredo, la muerte mística, hasta la Albedo, la resurrección de los
Segundos Nacidos, de los arios de la raza blanca, hiperbórea, para
alcanzar al fin la Rubedo, el Rojo de la Materia Inmortal de Vajra,
del Caballero de Rojo, de las Plumas del Ave Fénix, del Pájaro que no
existe. Es ésta la Danza del Ave del Paraíso, de mis "Visitas de la
Reina de Saba", la Flor Inexistente, la Inmortalidad, que hay que
crear, inventar, la materialización con Vajra del Cuerpo Astral. La
Resurrección del Hijo del Hombre y de la Eternidad.
141. Un juego de espejos infinitos, en el plagio del Demiurgo, hacia
abajo y hacia arriba. La muerte para el ario, para el Vira es renacer
a una nueva vida, con el Cuerpo de Vajra inmortal. Se trata de pasar
más allá del Arquetipo, de escaparse por la Puerta de Venus de las
garras del Demiurgo, que ha aprisionado a los guerreros arios, a los
exiliados, con el Eterno Retorno de lo Mismo, con la pesadilla de su
Maya-Ilusión.
142. Esos rollos de pergaminos decían que él era Señor de una Orden de
las Capas Negras, Blanca y Roja. Todo el proceso alquímico del Arte
Real de la Transmutación, así resumido. La Capa es el Manto de Repanse
de Schoye, es la Tarnkappe de Siegfried y la Túnica de Neso. Es el
Cuerpo Astral, la inmortalización y materialización del Cuerpo Astral.
143. Es el mal del "desliz" a través de la Ventana, de una "bilocación
espacio-temporal", hacia este plano de la manifestación, donde rigen
los Arquetipos y el Demiurgo Jehová, constructor de golems. El mal
consiste en un "clic" mental que ha hecho posible el aprisionamiento y
la mezcla de los divinos hiperbóreos. La derrota en un combate
cósmico, la pérdida de una gran batalla, en una Guerra que aún no
termina.
144. Consiste el Asag en acostarse desnudos, en un mismo lecho, con la
amada, pasando allí una noche sin tocarse. A veces, se pone una espada
desenvainada entre ambos, como en el Asag de Tristán e Isolda. Esta
prueba de iniciación de los trovadores se diferencia del coito mágico-
ceremonial tántrico, Maithuna, en que el Asag es casto, pudiendo
formar parte del tantrismo de la Mano Derecha y el Maithuna pertenece
al Tantrismo de la Mano Izquierda, donde se posee físicamente a la
mujer, pero sin eyacular el semen (Bundi), sin llegar al orgasmo por
parte del iniciado hombre, del Sadhaka; por lo menos, al orgasmo
físico. Se trata de evitar la creación de un hijo externo, de la
carne, invirtiendo el proceso. En lugar de ser la mujer la preñada, es
el hombre quien queda incincta de un "hijo interior", dando vida al
Cuerpo Astral, que no es hijo de la vida, de esta vida, sino Hijo de
la Muerte; de la Muerte Mágica, en esta vida, para poder vivir más
allá de la muerte. El Hijo del Hombre. Es decir A-Mor, sin muerte,
inmortalidad. De este modo se cumple también la cosmogonía tántrica y
cátara, donde todo se ha invertido y el creador activo, el fecundador,
no es él, sino ella, la Shakti, la contraparte femenina de Shiva.
145. En el momento actual del Kali-Yuga, el cuerpo se ha materializado
lo suficiente como, para no poder encontrar una salida más que
haciendo uso de su propia materialidad, o sea, del Tantrismo de la
Mano Izquierda y del Maithuna. Su técnica fue descrita como "cabalgar
el tigre", lo que también podría llamarse "marchar por el filo de la
espada". Si uno se cae, el tigre lo devora.
146. La Alquimia es una ciencia de la Segunda Hiperbórea; ciencia de
la Atlántida, que tiende a restaurar lo perdido. Es ya una ciencia y
un camino de regreso.
147. Es el Cuerpo Astral creado, recreado. Es él y ella: ELELLA, en el
caso de él y ELLAEL, en el caso de ella. Porque el Cuerpo Astral no
existe sino virtualmente, en potencia. Hay que crearlo, inventarlo, en
este proceso misterioso de A-Mor alquímico. El Cuerpo Astral es el
Andrógino, que vive más allá de la muerte del cuerpo físico, recreado
en el fuego del opus, con la transmutación de los materiales del
cuerpo físico que así se transforma, después de haber pasado por la
Nigredo, la noche oscura y negra de la muerte mística; enseguida, por
la Albedo, o resurrección de esa muerte, pudiendo alcanzar la Rubedo,
la inmortalización por medio de la materia espiritual roja, que se
produce en el Rayo Verde. Él primer misterio se consuma con la
resurrección del cuerpo físico, que es arrastrado a su resurrección
por el Cuerpo Astral, como en un Carro de Fuego, como en un Vimana
(pues su forma se ha hecho redonda) y es llevado fuera de este mundo
(por la puerta de Venus) hacia una situación no soñada ni por los más
grandes peregrinos del Ansia.
El segundo Misterio, que se cumple en el opus de esta Iniciación de A-
Mor, es la Resurrección e inmortalización de la sóror, de la Amada,
como una consecuencia de la inmortalización del alquimista, del
sadhaka, del héroe-guerrero, del vira. El la lleva a ella a resucitar
e inmortalizarse. En "NOS, Libro de la Resurrección", esto ha sido
revelado, intuido. Y ahora hay dos andróginos, un Hombre Absoluto y
una Mujer Absoluta, dos esferas. ELELLA y ELLAEL, que se a-man unidos
y separados para siempre. Reunidos en la separación.
El tercer Misterio de esta Iniciación hiperbórea es la mutación de la
sangre, que se produce primero en las venas del Cuerpo Astral,
logrando luego la regeneración de la sangre del cuerpo físico del
vira, por medio de la vibración ígnea del azufre, capaz de transmutar
el plomo de Saturno en aurum potabile, de modo que se pueda realizar
la ceremonia hiperbórea de la Minnetrinken, de la comunión de la
sangre, que se bebe en la Copa de oricalco del Grial.
148. Parece el amor profano y el culto del cuerpo físico del hombre y
la mujer, esa aberrante historia de nuestros días. Se ha inventado el
amor del occidente cristiano, hecho para el animal-hombre, para el
pasu, anejo de todo simbolismo superior. Se ha perdido el duro y frío
camino, el fuego polar de un culto mágico, de una iniciación secreta
que, practicada por un vira y su yogini, por un guerrero y su
Walkiria, les transmutaría en Dioses inmortales. Y en más que Dioses.
149. Es en la sangre del alquimista donde se produce la transmutación,
porque ahí está el plomo, el azufre, el arsénico, el cinabrio. Y por
medio de la compulsión del Mercurio, que circula en la sangre de la
soror.
150. Hay una ciencia antigua, una técnica hiperbórea que hace posible
retornar al Vira a su origen divino, que perdiera en un combate, o
situación desconocida, que aquí hemos venido descubriendo. Esa otra
ciencia se preserva gracias al Cordón Dorado de una Memoria de la
Sangre Aria, que aún no se rompe. El camino de esta ciencia es
retrógrado, hacia atrás, hacia el origen polar. Es el de la Swastika
Levógira.
La mutación que se pretende es la del Vira en Divya, en el ser divino
que fuera. Y esto se logra con la resurrección del Cuerpo Astral, del
Hijo del Hombre. Algo que sólo los Viras pueden lograr, pues sólo
ellos tienen Cuerpo Astral en potencia, virtual, porque únicamente
ellos fueron Cuerpo Astral en el origen, en Hiperbórea. El resto no.
Son sólo Pasu, animal-hombre, esclavos de la Atlántida, productos
"sueltos" de una evolución, siembra planetaria, golems, robots de un
Demiurgo.
151. Nos desagrada tener que referirnos a Cristo, aunque sea al
Kristos de la Atlántida. Jesucristo es un judío que ha estado
estropeando el mundo por los últimos dos mil años, sea con el
cristianismo militante, catolicismo o protestantismo, sea con el
rosacrucismo, con la teosofía o cualquier secta ocultista de
Occidente.
152. Coniuctio, Maithuna, al parecer con los cuerpos físicos, pero en
control de sus esencias: semen, bundi y rajas. Está destinado a
reactivar los chakras y a dar vida al cuerpo astral, que será el hijo
de este coito mágico, alquímico, en que se transmutan los metales del
Vira.
153. El "Rosarium Philosophorum", con estos dos últimos grabados
pareciera estar señalando la posibilidad de un inicio del opus por
medio del Tantrismo de la Mano Izquierda, con un Maithuna real, en
cuerpo físico, para luego alcanzar las zonas simbólicas y espirituales
del Tantrismo de la Mano Derecha, donde el Maithuna se continúa en el
cuerpo astral de los a-mantes, —con alas— en un mundo paralelo y
mental, donde los órganos materiales del cuerpo físico ya han sido
transmutados en otros distintos. No habría así contradicción entre las
dos corrientes. El héroe tántrico, el iniciado de A-Mor, puede seguir
cualquiera de los dos caminos, el "húmedo" o el "seco", recorriéndolos
por separado, o ambos a la vez, según mejor convenga a la "memoria de
su sangre".
154. Creo haber visualizado, presintiéndolo, el camino de la yogini,
de la sacerdotisa de A-Mor. Es el Camino del Sacrificio. Ella lo dará
todo, hasta su "propia eternidad", se entregará entera a colaborar y a
ayudar al Amado, para que él obtenga la inmortalidad en el opus y en
el combate de A-Mor. Porque, "aunque parezca que es él quien combate,
será ella que combate en él". Y así, "ya él no tendrá otro compañero
en este mundo ni en las oscuras profundidades de la tumba; porque ella
ha abierto su corazón como con una daga y se ha instalado allí por la
eternidad". "Los amantes no mueren, viven en otro siglo de felicidad y
gloria", decía el trovador Jacques Baiseaux. "El matrimonio (el de los
mortales) es un Misterio profanado", afirmaba Novalis. La Amada lo ha
dado todo, ha puesto su absoluta fe en él. A su lado, de por vida, le
ha ido entregando los metales para que los transmute, impregnándolos
de su fluido sháktico de sacerdotisa, de Diosa hiperbórea recuperada;
sea aquí sobre la tierra, o desde otro mundo, desde la Estrella de la
Mañana.
Con la inmortalización del elegido, del héroe alquímico, del Vira,
simultáneamente se logrará la de su sóror, la de su Amada. El tiene
ahora que resucitarla, por medio de la concentración en su imagen,
impregnándola de prona y bundi. Es algo así como proyectarla afuera de
él mismo, como sacarla de adentro nuevamente para poder revestirla
también de Vajra inmortal. Un doble parto, un nuevo dar a luz. Labor
impostergable de lealtad de ultratumba, de postmortem. Porque la vida
eterna de ella depende de la de El. Porque Ella le entregó su
eternidad.
155. Ha despertado también la Voz, la Minne hiperbórea y posee ya el
Vril. Su sangre es pura, su doble sangre, la física y la astral. Esto
no se logra por un proceso temporal, de preparación por grados, dentro
del tiempo terrestre, sino por un rayo, como en los "fulguradores". Es
suceso atemporal, que adviene cuando la sangre ha sido purificada por
medio de prácticas especiales, por esa Alquimia Grálica, cambiando el
metabolismo biológico y psíquico. Se ha transmutado el plomo. El
"órgano" del Vril, perdido por la raza blanca hiperbórea, se ha
recuperado.
156. La energía capaz de producir todo esto se encuentra en la raíz
espiritual de Bundi, cukra, ese fluido luminoso que se conforma
materialmente en el semen, tan terriblemente poderoso como para poder
dar vida al hijo de la carne. En la mujer se "plasma" en el óvulo
fertilizado y es rajas. Pero ambos pueden remontar hasta su cauce
espiritual esta energía. El hombre por la práctica del Vrajoli-mudra y
la mujer por la de Amaroli-mudra. Al unirse espiritualmente estos dos
"espermas", en lugar del fugaz placer físico, sukha, se produce el
"orgasmo extático", que no tiene fin: Aropa. Rajas ha transmutado la
sangre del Vira en fuego y en cukra la de la yogini. La "congestión
astral" transmuta los cuerpos y produce la tran-substanciación de la
sangre.
157. Dando vida al cuerpo astral, revistiéndolo luego con Vajra;
desmaterializando el cuerpo físico, a su vez revestido de Vajra, y
reabsorbiéndolo en el cuerpo astral, se obtiene un solo cuerpo; pero
también se tiene dos (los gemelos) inmortales, capaces de
autorregenerarse, de vivir en el tiempo y fuera del tiempo. Un
vehículo apropiado para el Tulku y su combate de dos y más mundos.
Manú
158. Una suerte de Robot, de Máquina Cósmica, un Golem, que ha perdido
el control y ha intentado crear por su cuenta, "a su imagen y
semejanza". Aconteciendo algo así como si sobre una bella pintura de
Leonardo se hubiera sobrepuesto una monstruosidad de Picasso. De modo
que la existencia de todo el Universo mecánico, de la materia visible,
sería una mala copia hecha sobre una hermosa tela original por un
plagiador satánico.
159. Contra estas huestes demiúrgicas deberá combatir el Héroe. Además
deberá luchar contra los seres que el Demiurgo creara, los robots
genéticos, los "repliegues psíquicos" de Jehová.
160. El día en que todos los Dioses sean liberados y redimidos por el
combate de los Héroes, el Demiurgo desaparecerá para siempre, tocado
por su propia destrucción, en el Big Crunch de su propia inspiración
mecánica, inevitable, devorado por su hambre; o bien, succionado por
la Implosión Divina.
161. La Guerra ha descendido a la corteza terrestre, y ya no se irá
más. El Demiurgo necesita de sus emanaciones y hedores para
alimentarse.
162. Las religiones, las prácticas esotéricas, las yogas de la India
post-védica han pretendido encontrar una solución en el aniquilamiento
del "yo", por medio de ascetismos y tormentos de todo orden, para
volver a fundirse en el Alma impersonal, universal, en el Uno, en
Brahma, en lo indiferenciado, en eso que también han llamado Dios.
Generaciones de ascetas y de santos cristianos han trabajado en la
destrucción del "yo". En la India son los vedantinos de Shankaracharya
y los yogas Bahktis, valiéndose del Samadhi, que en sánscrito
significa, precisamente, "unido con el Ser Primordial", como ya hemos
dicho.
Este camino y concepción deberán partir del supuesto de que el "yo" es
una caída, que la personalidad es un "pecado", que hay que corregir,
redimir. Y hasta cierto punto tendrían razón, en el sentido de que el
"yo" y la individualidad nacen como algo único en todo el Universo, y,
quizás, en todos los Universos; algo impensado, jamás soñado y que ha
sido hecho posible por la encarnación de una Divinidad, de un Ser de
espíritu puro, en el mundo de la carne, corrupto por el Demiurgo.
163. Habrán derrotado la estrategia del Demiurgo, redimiendo y
transfigurando solidariamente a la Naturaleza, a los Aiones, en
especial a Saturno-Satanás, destruyendo a Jehová-Jahvé, disolviéndolo
en su Nada.
164. La mayor parte del mundo se halla hoy perdida en una animalidad
sin retorno. Y la verdad es que al Avatara esto no le preocupa ya. El
número de los héroes que se fueran con El han dado casi cumplimiento
al Destino, Ellos ya no están aquí, se salieron. Sólo los pocos
prisioneros que aún puedan liberarse importan.
165. El sexo es la corrupción de Kundalini, la punta visible de su
Iceberg, arma poderosa del Demiurgo. Obliga a algunas yoginis
tántricas a la actualización de su cognocimiento, con el deseo de
poseer su poder y alcanzar la sublimación de su cuerpo por ese Fuego,
al cruzar por sus llamas, atravesando por su hoguera transmutante.
Aceptan su karma. Esa herencia genética particular de su cuerpo, o
predestinación biológica que las impulsa a perder la virginidad
física, debiendo cognocer el orgasmo físico, para no perderse en la
prosecución de su Destino de Sacerdotisas del Sol Negro y de la
Religión de A-Mor.
Deberán, por ello, ser despertadas a la vida del sexo físico y del
placer orgásmico, únicamente por su A-Mado. O en su defecto, o
ausencia, por el Inca en Machu Picchu, por el Hierofante, o por el
Maestro. Mas, nunca sin A-Mor. Para luego cicatrizar la herida,
pudiendo retornar en un esfuerzo supremo a la castidad, a la
virginidad mágica, que no ha sido perdida, alcanzando un estado
orgásmico continuo, de tipo sobrenatural.
Es éste el Camino Húmedo del cognocer femenino, el Camino de las
Lágrimas y de la Mano Izquierda de la Iniciación Tántrica. Sólo para
algunas Sacerdotisas-Magas de la Orden Negra.
Pero también existe el Camino Seco, de la Mano Derecha, de las
Walkirias que no requieren del paso doloroso del despertar y cognocer
del sexo físico ni de sus alteraciones profundas, de sus fuegos y
tormentos. Esas mujeres divinas llegan aquí por un muy corto tiempo,
como liberadas de antemano, de regreso, debiendo alcanzar por otros
medios, aun cuando siempre por A-Mor, ese estado de orgasmo continuo y
permanente del alma, más allá del orgasmo físico, que nada deja.
166. Tampoco el cristianismo judío cree realmente en supervivencia de
ninguna clase, aunque diga y predique lo contrario, afirmando una
absurda inmortalidad del alma para todos (como si todos tuvieran un
alma). El cristianismo es la más malvada de todas las religiones
conocidas, realizando su ansia desmesurada de poder material por medio
de la hipocresía y el engaño, siendo sus dignatarios los verdaderos
"fariseos", en el más estricto sentido que ellos han dado a este
vocablo.
La inmortalidad no es democrática ni colectiva. Sólo pueden alcanzarla
conscientemente los de origen divino, en un Combate aristocrático, en
una Guerra muy dura y en la que muy pocos vencen.
167. La yoga tántrica es un camino surcado por peligros mortales, por
el filo de una espada. El Sadahka y su Yogini deberían practicar el
Maithuna una sola vez y tras larga preparación "idealizante". Luego se
alejarán, separados y unidos para siempre, como Hombre y Mujer
Absolutos. Mago y Maga. Existen dos caminos tántricos, el de la Mano
Derecha y el de la Mano Izquierda: Dakshinadhara y Vamagara. Ambos
llevan al mismo fin, aun cuando el segundo podría personalizar
mayormente, más luciferinamente, por los mayores dolores y combates,
por los peligros mortales a que expone al oficiante, o iniciado Kaula.
Equivalen estas disciplinas a los caminos "Seco" y "Húmedo" de la
Alquimia.
168. El héroe re-nacido se ha hecho inmortal con un cuerpo glorioso,
de Vajra, de materia indestructible.
169. Es éste el proceso de la idealización mágica de la mujer, que ha
sido desacralizada en este mundo por el amor vulgar y profano. Es una
"platonización" necesaria para recuperar el Eterno Femenino, para
"constelar su Arquetipo", del Anima, antes del sacrificio último y
decisivo del sacramento que en la Misa Tántrica cúmplese en el
Maithuna, y en la Iniciación Caballeresca y de los Trovadores en el
Asag.
170. Mas, antes de la separación deberá cumplirse un último ritual de
esta maravillosa Iniciación: el Intercambio de Corazones. Significa
dar un Rostro al alma, porque el rostro de la amada queda grabado en
el shakra Anahatha, del Corazón. Se lleva a cabo por un beso profundo,
intenso, en que Ella espira (y expira) dentro de El (muere
místicamente en El) y El en Ella.
171. Es en la lucidez suprema del Maithuna, o del Asag, en el orgasmo
interior, extático, en ese estado orgásmico permanente, continuo, de
todo el ser, en la Implosión que viene a significar la reabsorción, la
reversión hacia dentro de Bundi, de la eyaculación seminal
depositándose en el mar de la propia sangre, donde se alcanza el
éxtasis supremamente lúcido, la super-conciencia del Kaivalia, que
nada tiene que ver con el sueño del Nirvana, con la pérdida del
Samadhi, ni con la inmersión en el Inconsciente Colectivo, ni con el
cambio del centro de la individualidad hacia un punto equidistante
entre la conciencia y lo inconsciente, que sería el Selbst de Jung. Es
el Kaivalia, algo diferente, es el éxtasis tántrico, un estado máximo
del Yo, refortalecido por el fuego y la luz radiante del Purusha, que
ha venido a cruzar de parte a parte, derrotando al Arquetipo, incapaz
ahora de disolver el Yo del Héroe, vencedor del Maithuna y del Asag,
transmutado en Dios consciente de Sí Mismo, individuado,
personalizado, con el Rostro de la A-Mada, además del Suyo propio.
172. Es en la Albedo, u Opera Blanca de la Alquimia, que continúa a la
Nigredo, donde el Yo retorna, resucita. Mas lo hace como Rebis, como
la Estrella Venus, de doble rostro. Ha pasado ya por la Muerte Mística
de la Nigredo, voluntariamente aceptada y propiciada. Y es el Cuerpo
Resurrecto del Héroe, al tercero o noveno día, el mismo cuerpo, sólo
que sutilizado, debiendo revestirse de una materia roja, inmortal, en
la Rubedo, que sigue a la Albedo; materia "dura como el diamante",
aunque invisible a los ojos de la tierra y que en sánscrito han
llamado Vajra. Es este el Cuerpo de la Resurrección del Taoísmo y del
Kristianismo Esotérico. Se ve como rojo, sutil, pero es duro como el
rubí, como esas estrellas Novas, o esos soles que se han desplomado
sobre sí mismo, en el Sí-Mismo, se han hecho enanos, pero pesan más
que todo el Universo. Esa "materia" la obtiene el Mago Kula, como
premio en su transmutación kaiválica. Y será con ese Cuerpo con el que
el Héroe inmortalizado, el Asen, pueda salir de este Universo
demiúrgico, liberándose por siempre de su prisión, derrotándolo. Se ha
salido, además, del Eterno Retorno, hacia "algo jamás soñado ni por
los más grandes utopistas"... Y en la tumba del Mago taoísta no se
encontrará un cadáver, sino una Espada, símbolo de su triunfo y
resurrección en Vajra.
173. Quien logró salirse de la Prisión demiúrgica, venciendo, se halla
en el Nirvana, en Sunya, algo semejante al Vacío, pero que en verdad
es el Yo Absoluto. Todos los conceptos del budismo han sido
traspolados y falseados. Como hemos dicho, Buda fue un guerrero de la
casta Shastriya, de los príncipes, y en nada parecido al santón
pacifista y antirracista en que la India vedantina y dravidia, la
India mestiza, lo ha transformado, al paso de los milenios. Si el
Liberado vuelve, es un Avatara. Lo hace a voluntad, para ayudar a los
camaradas que aún permanecen prisioneros, los de su misma estirpe, que
han sido envueltos por las redes de la Maya demiúrgica.
174. Este mundo se espiritualizará sincronísticamente con el triunfo
del Héroe.
175. Jehová y su Golem se aniquilarán, dentro de su Universo
automatizado, junto con la sociedad de las hormigas, que ellos
propician. Será el fin del Kaliyuga.
176. He aquí algo diabólico, espantoso, una involución que ya parece
imposible de poder detener. Estudiando las abejas, las hormigas, en
especial la vida—si así se pudiera llamar— de las termitas, nos
espantamos pensando dónde podría llegar el hombre, los animales-
hombres, y junto con ellos los Viras prisioneros, los Dioses
involucionados. Allí se acabó toda individualidad y hasta la
inteligencia y libertad personales. Sólo hay trabajo continuo,
reproducción y muerte. Sacrificio obligado y miseria de muchos para la
infelicidad de todos. Al final, alimento del Demiurgo. Mas, ¿habrá
sido siempre así en las termitas? Se presiente también allí como una
inteligencia inicial, que alguna vez fue, como un primer impulso que
planificó esa organización perfecta, tal vez de un solo individuo, o
de una élite, que luego desapareciera, perdurando nada más que el
automatismo. Es posible que las termitas, las hormigas, las abejas, en
muchos millones de años, en otros Manvantaras, hayan sido también
Dioses, seres divinos, hechos prisioneros por el Demiurgo,
involucionando en lo que actualmente son.
177. El Demiurgo no podrá impedir la Resurrección del Héroe, pues
carece de fuerza y capacidad en contra del Espíritu.
178. El Héroe tendrá que marchar por el filo de la navaja, venciendo
al sexo físico y sobrepasando al pensamiento racionalista, antes de
poder alcanzar el Continente sumergido de la Atlántida, la Hiperbórea
recuperada, descubriendo las entradas a la Tierra Hueca, interior, en
los Oasis de la Antartica, o en el Monte Melimoyu. Tendrá que
resucitar el cerebro antiguo para reencontrar el conocimiento de las
Runas y el Poder Odil, que lo llevarán al triunfo y a la Resurrección,
mutándose en Hombre-Absoluto.
179. Un gran Jefe Guerrero, el depositario de la tradición, del
Espíritu de una comunidad de sangre. Pero Manú es una Divinidad que
vuelve al reiniciarse un nuevo Ciclo de la Manifestación, a encarnarse
otra vez en el hombre. Viene como Legislador y Padre de una Raza-Raíz.
(De allí el "Código de Leyes de Manú"). Y es un hombre, una Divinidad
hecha hombre; es el hombre que vuelve, "que vendrá" después de la
catástrofe, del Crepúsculo de los Dioses y los Héroes, en el Eterno
Retorno. El Avatara ha cerrado un Ciclo, un Gran Ciclo, en este caso;
Manú viene a abrir un nuevo Manvantara. Y entrega sus Leyes. Nosotros,
los que hemos luchado junto al Ultimo Avatara, debemos ahora combatir
hasta el final por el Hombre que Vendrá, que retornará algún día, por
Manú, para que la esperanza de derrotar definitivamente al Demiurgo no
se pierda, dando fin al Eterno Retorno. Será, así, una nueva
posibilidad, un nuevo Ciclo recurrente de la Lucha, cuando otra vez un
Dios desciende (un Divya, Wotan) para dividirse en toda una tribu, en
una raza, en un ejército, tras haber roto su Huevo primigenio.
180. Nuestra Lucha es en más de un plano, como lo fuera la de los
Dioses, nuestros ancestros, que llegaron aquí a combatir. Es
simultánea, solidaria, "sincronística". Porque nosotros somos esos
Dioses que descendieron al pesado y tenebroso mundo del Demiurgo, para
tratar de arrebatárselo. Seguiremos sus ejemplos, aun cuando veamos
oscurecerse cada vez más el horizonte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario